Daniel Giménez Cacho y Luisa Huertas conquistan Tijuana con obras de teatro
Tijuana, 4 de marzo. La Compañía Nacional de Teatro llegó este fin de semana a Tijuana -como parte de su descentralización- con El Diccionario, y la primera actriz Luisa Huertas para dar vida a María Moliner; Daniel Giménez Cacho, como el gancho para abarrotar el Centro Cultural Tijuana (Cecut) con una charla sobre “la profesión de actor” y la puesta en escena de !Violencia!, una coproducción con el Centro Cultural Helénico.
Con una gran oferta de teatro comercial -que apela a la comunidad mexicano-estadunidense que cruza la frontera para ver a los artistas que le son cercanos por la televisión-, pero escasa presencia de obras como El Diccionario, Luisa Huertas conmovió con la historia de Moliner (1900-1981), la española que dedicó su vida a la redacción de un diccionario sobre el uso de la lengua castellana en dos tomos de 3 mil páginas.
Una vida escenificada desde la arterioesclerosis cerebral que la atacó al final de la existencia y su casa, que fue el sitio donde escribió miles de fichas; las dificultades para convivir en una familia donde la madre dedica muchas horas a su trabajo -tantas que cuando preguntaron a uno de sus hijos en la escuela cuántos hermanos tenía, dijo: tres y El diccionario- ; el machismo que impidió su llegada a la Real Academia Española.
Pero al final una mujer libre -toda su vida fue bibliotecaria-, en la España franquista, que pagó las consecuencias de trabajar en un plan de bibliotecas para la Segunda República y que en la “depuración”, al final de la guerra perdida, fue degradada dieciocho niveles en el escalafón profesional.
Entrar y salir de un personaje: Giménez Cacho
Las puestas en escena estuvieron aderezadas por una charla que ofreció el sábado por la tarde Daniel Giménez Cacho -miembro vitalicio de la Compañía Nacional de Teatro-, quien habló con sencillez de su oficio, del trabajo a profundidad que se debe hacer para entrar y salir de un personaje, sobre todo cuando seduce al actor.
Del aprendizaje que le significó representar a un policía de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (la policía política de los años del PRI) -“un hombre educado, caballero elegante y carismático”- que defendía un proyecto de país, un gobierno, que tenía una mística independientemente de que ordenaba la desaparición y el asesinato; “un personaje de esa complejidad te acerca a la gente que socialmente está condenada, a comprender a profundidad cuáles son los resortes del ser humano, más allá de solo decir ‘este es un monstruo’”.
Por supuesto que contó anécdotas e hizo reír a todos cuando recordó que su familia (su casa) le ayuda a salir de los personajes que encarna, a volver a la realidad, como cuando en Arráncame la vida -película realizada a partir del libro del mismo nombre de Ángeles Mastretta- terminó imbuido del general rico y poderoso que interpretó. A su regreso, al verlo su esposa caminando con cierta aura, le dijo: «¡nada, aquí te me pones a lavar los trastes y después te vas al súper!».
“Es muy peligroso porque se te puede ir la onda, te desequilibras mucho… tienes que repetirte una y otra vez: “esta es una ficción y solo ocurre aquí”. Por la charla desfilaron personajes del cine como Alejandro González Iñárritu -quien no le hizo casting para Bardo– y Salma Hayek -trabajaron juntos en El callejón de los Milagros, una adaptación del texto del Nobel Naguib Mahfuz-, entre otros.
La escapada a Tijuana de la Compañía Nacional de Teatro cerró con ¡Violencia! -por el titulo uno podía decir «¡no!, no más, en una ciudad como esta»-, a cargo de un grupo de jóvenes actrices dirigidas por Diana Sedano, en coproducción con el Centro Cultural Helénico, una puesta que juega con los muchos rostros de una persona a partir del sexo, el amor y la madre, donde Giménez Cacho hizo un papel breve.
Érika de la Llave, Mireya González, Jorge León, Miguel Ángel López, Dulce Mariel, Ana Karen Peraza, María del Mar Náder, Cecilia Ramírez Romo y Mariana Villaseñor llenaron con su talento refrescante la Sala de Espectáculos del Cecut, interpretando las muchas caras de Violencia López, en una obra escrita por Valeria Loera, que estuvo en la cartelera de la Ciudad de México el año pasado.