Congreso de BC exhorta al INAH a proteger sitios de pueblos yumanos
Mexicali, BC., El Congreso del estado exhortó al director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Baja California a involucrar a los grupos originarios en las obras de “salvamento y rescate” arqueológico que realiza en terrenos de la construcción de la planta de licuefacción de Energía Costa Azul (ECA), porque para los grupos yumanos los trabajos que realiza el INAH son una “profanación de sus lugares sagrados”.
La intervención del Congreso en el diferendo incluye al representante del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), a quien instó, junto con el INAH, a sentarse en una “mesa de trabajo” con las autoridades indígenas tradicionales del estado y consensuar un protocolo de salvamento cuando del patrimonio material y cultural de los pueblos yumanos se trate.
Punto de acuerdo
El punto de acuerdo aprobado por los legisladores fue presentado por la diputada de Morena Evelyn Sánchez Sánchez, quien recordó en tribuna que el 30 de marzo pasado el INAH y representantes de la empresa dieron a conocer el descubrimiento de 16 entierros humanos prehistóricos, dos cremaciones y dos entierros caninos, pertenecientes a las culturas prehispánicas La Jolla y Yumana en costas de Ensenada, Baja California.
El hallazgo, celebrado por unos y cuestionado por otros, fue producto de un convenio entre ECA y el INAH en la entidad para realizar labores de salvamento arqueológico en el polígono de la Jovita–Costa Azul–Rancho San Nicolás, ubicado 30 kilómetros al norte de Ensenada, previo a la construcción de una planta de licuefacción, en los mismos terrenos donde en el pasado se construyó una de regasificación.
En mayo pasado, los grupos yumanos se manifestaron frente a las oficinas del INAH en Ensenada con pancartas en las que se leía: “Estamos vivos, no somos objetos”, “no somos propiedad de la nación”, “Sempra profana tumbas” y “¿quién custodia a los ancestros?”.
Reclamo
Su principal reclamo fue la profanación de sitios, considerados sagrados, donde sus antepasados fueron sepultados con diferentes ceremonias funerarias para los pueblos nativos.
En ese momento, alrededor de 100 representantes y miembros de las diferentes comunidades de la región, como los kumiai, cucapá, kiliwa y cochimí –muchos pintados en la cara con símbolos que significan estar en “pie de guerra”– señalaron que la compañía Costa Azul “encontró un entierro”, le habló al INAH y no le avisó a ellos. “El instituto se presentó, se llevaron objetos, huesos, y los descendientes de los yumanos jamás fuimos notificados”.
“El salvamento arqueológico catalogado como el más grande en la historia de Baja California es profanación de una empresa particular, por lo que la legislatura estatal emitió un exhorto al INAH y al INPI, expresó la diputada local.