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Cultura

Cambió la pandemia los hábitos de consumo de los mexicanos

Por: Clara Zepeda / La Jornada

El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa y, después de la irrupción del covid- 19, se han modificado los estilos de vida de las personas. La huella que la crisis sanitaria ha dejado en el bolsillo de los mexicanos ha provocado un cambio en las pautas de consumo y en la forma en la que compramos. Muchos de los cambios se han convertido en hábitos, tanto en el trabajo, el tiempo de ocio y el consumo. Y eso se refleja en la inflación.

Hemos visto surgir los servicios de streaming volverse indispensables, así como el Internet y los celulares. También vimos caer en la obsolescencia los servicios telefónicos de larga distancia; los discos compactos, los devedé, etcétera.

Ante esto, los ponderadores para medir la inflación en el país requieren actualizarse con la mayor frecuencia posible para reflejar la realidad económica actual, explicó Susana Pérez, directora general de estadísticas económicas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Pérez aseguró que la idea es hacer las actualizaciones cada dos años, aunque es complicado porque implica un gasto importante para realizar la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (Enigh) de año completo. Además, está sujeta a la disponibilidad de presupuesto.

No es la primera vez que se realiza una actualización del índice nacional de precios al consumidor (INPC). En 1978 se hizo la primera. A partir de 2013, la publicación está a cargo del Inegi y se hicieron actualizaciones en 2013, 2018 y ahora en 2024.

Auge inimaginable

La renta de películas en un videocentro quedó atrás. Los MixUp han cerrado o cambiado un poco su giro. Las plataformas de televisión (Netflix, Disney+, Prime, Filmin y HBO, entre otras) nunca se hubieran imaginado el boom que se inició con la pandemia.

El negocio del futuro es el branded content (contenido patrocinado) en programas y series. El consumo digital se va a multiplicar, según proyectan especialistas.

De acuerdo con Jorge Reyes, director general adjunto de índice de precios del Inegi, la tendencia del streaming está creciendo, de ahí que ya es un genérico en la canasta de bienes y servicios que miden el incremento de precios al consumidor.

Otro ejemplo son los reproductores de video y equipo de reproductores de audio, que eran dos genéricos, pero ahora se unen.

Los reproductores de video físico tienen una disminución en el consumo relativo de las familias y, por tanto, se unen a otro genérico y entre los dos tienen un porcentaje determinado en el cálculo del INPC.

Cuando se dice que disminuye la importancia relativa, no significa que se reduzca el consumo de esos bienes, sino el porcentaje en el gasto de las familias. Pudiera ser que en términos de pesos y centavos aumenta el gasto, pero en su participación es menor en porcentaje, explicó Reyes.

Periódicos y revistas se compran menos, por tanto, se unen esos dos genéricos en uno solo, pero igualmente se siguen cotizando. No es que desaparezcan de la canasta de bienes y servicios.

Museos y sitios culturales, es un buen dato, ya que aumenta también el consumo y se estrena como genérico. Servicios recreativos y centros nocturnos y bebidas energéticas. Esos son los genéricos que ahora inician serie.

En la actualidad se gasta mucho en mascotas, pero la cotización se complica. ¿Cómo se puede cotizar a un cachorrito, a un perrito de seis meses, de dos años?

Entonces, ya no se puso como genérico, pero sí el ponderador –la importancia relativa que tiene– lo incorporamos a otro genérico que tiene que ver con el gasto relacionado con las mascotas, y puede ser el veterinario, estética y los gastos en alimentos.

Ahora, debido al aumento en su consumo y ante una mayor variedad de marcas, presentaciones o publicidad, las bebidas energéticas ya son un genérico e inician su serie; antes, por ejemplo, las bebidas energéticas no eran un genérico, ya que estaban dentro de refrescos envasados.

Otro cambio ha sido el teletrabajo, que también influye en los hábitos de consumo, y esta nueva realidad laboral no aplica no sólo en México, sino en el mundo, y eso también ha traído consecuencias económicas.

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