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Cultura

«La pintura es como una canción que suena siempre», estima Baruch del Río

Por: Merry Macmasters / La Jornada

Para el artista Baruch del Río (Ciudad de México, 1980), la pintura es algo natural para el ser humano. “Casi todo niño toma cualquier cosa y mancha, o por lo menos trata. Pese a que hay otros medios como la fotografía, el cine, el videojuego, la pintura sigue siendo un medio válido para expresarse. La pintura tiene una característica, ya que se trata de un momento fijo, como si fuera una canción que sonara siempre. Sólo que la obra pictórica es más difícil de elaborar.

«Para mí, la verdadera obra es la construcción, y todo el proceso debería de exhibirse. La pintura debería ser tan potente para que te siga atrapando, aun cuando es sólo un instante, como si pusieras pausa a una película. Esa es la propiedad de la pintura en un sentido universal. Incluso, cuando se trata de pintura abstracta debería ser lo suficientemente poderosa para que te siga atrayendo y no te canses de mirar y redescubrirla como la realidad misma».

Del Río exhibe en forma individual en la galería RAB 63. La exposición Entre blanco, gris y fuego, de 13 cuadros, de dibujos y óleos, comprende obras realizadas entre 2019 y 2023. El artista siente que la muestra es de «tinte actual, social, o sea, es pintura contemporánea que tiende a ser una herramienta del arte conceptual. Aunque también va muy ligada a nuestra tradición pictórica de mímesis y naturalismo. Pese a que hay temas diversos algunos parecen ser muy personales, pero en realidad son más introspectivos».

«Es absurdo limitarse»

El expositor suele trabajar a partir de fotografías que toma de escenas que llaman su atención. Estas fotografías son tratadas de forma digital y luego a mano: “El ojo humano, la mente, la emoción y la mano dan el toque final a la obra. Tengo una idea, a veces me apoyo de algún software, por ejemplo, Photoshop; sin embargo, todo es pintura. Como es muy realista, incluso, de tinte hiperrealista, se puede confundir”.

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En cuanto al empleo de recursos, Del Río no se priva: «Es un absurdo limitarse si algo te llama la atención. En la actualidad se conjuntan las vanguardias, se concilian, la identidad, también«. De repente un glifo prehispánico se cuela en algún cuadro.

Juan Carlos Jaurena, curador de la exposición, dice que el conjunto de obra, «más que un registro o un testimonial actual, es metáfora, una forma de filosofar. La mancha, el trazo, una simple línea y el juego de palabras sintetizan todo un concepto. La obra es signo y símbolo, significado y significante, una realidad en sí«.

La primera maestra de Del Río, a los cinco años, fue su abuela paterna Dolores Navarro, quien pintaba en porcelana y tierras finas. Empezó como autodidacta, aunque después estudió en la Escuela de Bellas Artes del estado de México. Cursa actualmente la licenciatura en enseñanzas artísticas. El dibujo ha sido la base de su trabajo desde siempre.

Entre blanco, gris y fuego, exposición de Baruch del Río, permanecerá hasta el 16 de diciembre en la galería RAB 63 (Dr. Enrique González Martínez 63, colonia Santa María la Ribera).

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