Un campo de amapola como imagen ilustrativa. Foto Sergio Ocampo / La Jornada
Por: Redacción La Jornada Baja California
Los pájaros llegaron al campo de amapolas en febrero pasado, pero continuaron regresando y se comieron por lo menos cinco hectáreas de esta planta volviéndose adictos a los efectos del narcótico.
Tuvieron que ser retirados de los campos y trasladados a otra localidad para someterlos a un proceso de desintoxicación
De acuerdo con el testimonio del agricultor Pém Bálin, los cisnes están drogados que son presa fácil de depredadores. Además, dice que es probable que algunos ejemplares fallecieron a causa de una sobredosis.
Una ley protege a los cisnes no sólo de la caza sino de cualquier mínima molestia.
Debido a que es una situación inédita, ni siquiera las autoridades saben cómo manejar estos hechos y han propuesto que el productor de amapola solicite una excepción que le permita ahuyentar a las aves.