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Arrasa en Guatemala el candidato progresista Arévalo

Por: Blanche Petrich

Guatemala, 211 de agosto.- Con 100 por ciento del conteo de papeletas Bernardo Arévalo se convirtió ayer en el contendiente más votado en una elección presidencial de Guatemala con 60.9 por ciento a favor (2 millones 441 mil 661 de sufragios). Fue pronunciado “virtual presidente” a las ocho de la noche por la magistrada del Tribunal Supremo electoral Blanca Alarcón.

Su contrincante, Sandra Torres, obtuvo 39.1 por ciento (un millón 567 mil 472 votos). Este fue el tercer intento de la ex primera dama de alcanzar la presidencia.

Esta contundente victoria, aseguró Arévalo ante la prensa poco después, “hará que no prosperen los intentos por descarrilar el proceso electoral”.

Y con estos resultados, dará inicio en Guatemala, según declaró, “una nueva primavera democrática”, retomando la descripción que hizo el escritor Luis Cardoza y Aragón de la primera, que comenzó en 1944 con el gobierno de su padre, Juan José Arévalo. La de hace casi 80 años fue primavera de octubre. Esta, la del siglo XXI, en agosto.

Pero esta etapa empezará con obstáculos importantes. Ante los intentos de quitarle el fuero para perseguirlo judicialmente y los anuncios de la oposición de impugnar la mayor cantidad de mesas electorales para anular los comicios, reiteró lo que ha dicho con anterioridad: las acciones de la Fiscalía contra la Corrupción y de la Fiscal General “son parte de una persecución política. Nosotros, en Movimiento Semilla, estamos tranquilos y seguros porque todos los procesos desde nuestra constitución como partido han sido legales y transparentes”.

Poco después del anuncio del TSE, el presidente Alejandro Giammattei habló por teléfono con Arévalo para asegurarle que habrá una entrega de poderes civilizada. El futuro gobernante y el saliente acordaron sentarse a conversar sobre el proceso de transición, una vez que el TSE haya dado a conocer oficialmente la declaratoria de Arévalo como presidente electo. Eso será hasta el día 31.

También recibió la llamada del presidente Andrés Manuel López Obrador y la del Ejecutivo salvadoreño, Nayib Bukele. Con el mandatario mexicano Arévalo sostuvo una breve y cordial charla, en la cual acordó dialogar para llegar a acuerdos e implementar medidas para que la frontera común sea más un punto de encuentro que un punto de división.

Antes, el presidente López Obrador había escrito en la red social X: “Felicito al pueblo vecino y hermano de Guatemala por el triunfo de Bernardo Arévalo como presidente. Estoy seguro de qué llegarán nuevos tiempos de humanismo y justicia para todos”.

A las 10 de la noche la dupla ganadora, Arévalo y quien será su vicepresidenta, Karin Herrera, dieron una conferencia de prensa que empezó con un cálido: “gracias, gracias”, del político triunfante. Sus primeras palabras fueron para su contrincante.

“Hago un reconocimiento a Sandra Torres. Tenemos diferencias y distintos enfoques. Pero le aseguro que respetaremos sus derechos y los de sus seguidores. No será marginada”.

Interrogado sobre si el suyo será un gobierno “de izquierda o derecha”, respondió: “de lo que estamos convencidos es de que en América Latina no hay democracia sin justicia social, y no hay justicia social sin democracia.”

Señores de la clase política, “están ustedes despedidos”

“El pueblo de Guatemala le dice hoy a la actual clase política: señores, están despedidos”, había sentenciado a media tarde la abogada Alida Vicente, quien también es autoridad indígena de su localidad, en Palin, Escuintla.

Agregó: “estaremos alertas ante cualquier situación. Es necesario que el pueblo guatemalteco ocupe el rol y el protagonismo que se necesitan para fortalecer el estado de derecho”, según declaró el medio Prensa Comunitaria.

A pesar de este triunfo contundente, el abstencionismo siguió siendo el que registró mayor arrastre. Ya con más de 97 por ciento del recuento, los ausentes de las urnas rebasaban 55 por ciento.

Esto fue notorio en los territorios indígenas, en los pequeños pueblos y aldeas, adonde los electores llegaron a cuentagotas, discretos y ceremoniosos a depositar sus papeletas en las ranuras de donde colgaban bolsas plásticas transparentes. Todos los rincones del país reportaron elecciones calmadas pero con poca afluencia.

En los centros urbanos el paisaje estuvo un poco más movido. Pero el entusiasmo popular se contuvo hasta que los resultados preliminares empezaron a fluir después de las 6 de la tarde.

A las 7 de la noche el optimismo en sordina que flotó en el ambiente durante esta jornada electoral entre algunos círculos de la sociedad guatemalteca empezó a tomar forma cuando en la plataforma de resultados preliminares del TSE apareció el conteo de Bernardo Arévalo con 600 mil votos por arriba de la votación obtenida por su contrincante Torres. Ya no había vuelta atrás. En las plazas de la capital empezaron a tronar los cohetillos y las bombas, como llaman aquí a los cohetones, aunque son mucho más festivos y benignos que los artefactos bélicos.

Poco a poco pequeños grupos, y luego multitudes, se volcaron a la plaza El Obelisco y frente al hotel de la Avenida de las Américas, donde se instaló la casa de campaña del Movimiento Semilla.

En contraste, en la Zona 9 de la ciudad, la sede de la UNE permaneció a oscuras y en silencio.

A las 4 de la tarde, mucho antes de que cerraran las casillas, Torres, perdedora en su tercer intento por llegar a la presidencia, había convocado a una extraña conferencia de prensa con una sola pregunta de los reporteros: ¿acataría el resultado sea cual fuera? Ella respondía reiteradamente, sin disimular el mal humor: “no me quiero anticipar, no me quiero anticipar.“

En los últimos tramos del conteo, Arévalo finalmente alcanzó 60 por ciento de ventaja, que los analistas habían previsto como una plataforma mínima para obtener la legitimidad y el margen de maniobra necesarios para sortear las denuncias que se prevén en contra suya y de los líderes y diputados de Semilla, a partir de mañana y hasta el 14 de enero, cuando será la toma de posesión.

Y en esa hora cercana a la medianoche, al líder kaqchikel Rosalina Tuyuc compartió con La Jornada lo siguiente: “se abrió la puerta de vida para un buen vivir para los pueblos. En Comalapa hay celebración. Mi corazón está feliz, porque vendrá un mañana mejor. Buenas noches».

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