Octubre tiñe de naranja los campos de cempasúchil en Rosarito
Playas de Rosarito, 22 de octubre. En el rancho El Carrizo, el aire se llena del aroma del cempasúchil, la flor que cada año anuncia la llegada del Día de Muertos, fecha que representa la conexión entre los vivos y quienes ya partieron.

Desde hace nueve años, este rancho ubicado en el municipio de Playas de Rosarito se ha convertido en un punto de encuentro para familias, fotógrafos y amantes de las tradiciones mexicanas.

Cada temporada, el paisaje se transforma en un tapiz dorado que atrae a cientos de visitantes, quienes llegan para admirar, recorrer y llevarse un pedacito de esta flor emblemática.
“La flor de cempasúchil es tradicional, es una flor bien mexicana”, cuenta con orgullo Jorge Luis Hinojo, el sembrador encargado del campo de flores, mientras observa los surcos que ha cultivado con sus propias manos.

“Cada año hay más demanda y más visitas; hemos ido creciendo poco a poco. Empezamos con tres onzas de semilla, y ahora ya sembramos 10”, compartió.
El aumento en las ventas ha sido tan constante como el flujo de visitantes. En media hectárea de terreno, los sembradores cultivan miles de flores que se distribuyen no sólo en Rosarito, también en comunidades vecinas.

David Millán, quien llegó al rancho casi por casualidad, tras un recorrido de senderismo por el bulevar 2000 expresó su entusiasmo al haber llegado al enorme mar de flores naranjas.
“Nos topamos con este lugar tan hermoso, lleno de flores típicamente mexicanas”, comentó.
“Te cobran sólo 40 pesos por entrar, puedes recorrer todo el rancho, tomarte fotos, oler las flores… es muy relajante y muy bonito. Además, venden elotes, productos artesanales y ramos frescos a muy buen precio. Es 100 por ciento recomendable”, resaltó.

El rancho El Carrizo se ha convertido en un espacio donde la tradición se vive con alegría. Familias completas llegan para tomarse fotografías entre los surcos, para comprar ramos que adornarán los altares o simplemente para disfrutar del paisaje.

El naranja intenso del cempasúchil contrasta con el azul del cielo y el verde de los cerros, creando un escenario digno de postal.





