Sepultan a Margarito; llanto e indignación en el adiós al hombre de familia y periodista

Tijuana, 21 de enero.- Con una misa de cuerpo presente, familiares, amigos y el gremio periodístico despidieron al periodista gráfico Margarito Martínez Esquivel; cuatro días después de que lo asesinaran de un disparo en la cabeza cuando se encontraba frente a su domicilio particular se le dijo adiós a sus restos materiales.

Luego de la misa en la iglesia Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en la que su madre, Eglantina Esquivel Martínez, también integrante del gremio periodístico desde hace décadas, devastada por la pérdida, recibió múltiples muestras de solidaridad, cariño y condolencias.

Los restos de Margarito, quien colaboró en La Jornada Baja California y numerosos medios regionales, nacionales e internacionales, fueron trasladados al panteón Santa Gema de Tijuana, donde María Elena Frausto -su esposa-, familia, amistades y colegas le dieron el último adiós.

Decenas de periodistas locales y regionales que asistieron a la ceremonia también mostraban tristeza, indignación y respeto para el compañero asesinado y sus seres queridos. En su semblante era evidente el impacto de cubrir el hecho de que uno de los suyos se convirtió en «la noticia».

Iban a casarse por la Iglesia para celebrar sus bodas de plata

Elena Frausto aún no puede poder creer la ausencia de su esposo. Tras un matrimonio civil de 23 años tenían planeado casarse por la iglesia cuando cumplieran en su aniversario de plata, pues siempre pensaban con compartirían toda una vida.

“De casados el 8 de mayo cumplíamos 23 años; casarnos cuando cumpliéramos 25 años  (…) casarnos por la iglesia”, dijo Nena Frausto -como la llamaba Margarito-, a quien el fotoperiodista identificaba como «el amor de mi vida».

“Mi papá para mí era todo”, dijo por su cuenta Johana Martínez, de 15 años, hija del periodista -quien tenía 49 años-; lo recuerda como el padre amoroso y quien le enseñaba su pasión por la fotografía.

Compartía su experiencia con generosidad

En Margarito Martínez Esquivel era evidente su pasión por el fotoperiodismo policiaco; se convirtió en inspiración para toda una generación de jóvenes que aprendieron el oficio de manera empírica, pues la bondad era su característica: Margarito enseñaba con generosidad a quienes querían aprender el oficio.

Al fotógrafo Jesús Aguilar lo convirtió, como se dice en el argot policiaco, en su pareja de trabajo para las coberturas y peligros de la nota policiaca.

“Lo veía en sus transmisiones en vivo y me gustaba lo que hacía; le mandaba mensajes para ver si un día me podía llevar a reportear con él”, recordó al mencionar que hace cuatro años le pidió que le enseñara el fotoperiodismo policiaco.

Fue la última persona con la que Margarito tuvo contacto antes de ser asesinado el pasado lunes 17 de enero: planeaban acercarse al reporte de un homicidio y solo esperaban que les dieran el domicilio.

Le avisé de otro baleado, pero no hubo respuesta, era él

“En la radiofrecuencia escuché un homicidio, pero no escuché las calles y le dije ‘ahorita te marco’; le marqué a los minutos pero no me contestó. Escuché a otro baleado (por radiofrecuencia) en la Sánchez Taboada, era el de él… le avisé por mensaje de WhatsApp, ya no me contestó. Era el de él”.

La esposa de Margarito le dio la terrible noticia.

“Me dijo (su esposa) ‘me mataron a Margarito’… como era muy apegado a él. (Fue) un compañero que me enseñó muchas cosas, lo poco que sé… me duele mucho su partida, como compañeros que andábamos en la calle.”

Margarito Martínez Esquivel fue el segundo periodista asesinado en los primeros días de este año 2022, su familia y el gremio al que perteneció por casi dos décadas exigen que se investigue para dar con el o los asesinos.