Hospital General de Ensenada no sabe cómo atender a paciente con obesidad mórbida
Tijuana, 19 de enero. Familiares de José Antonio Beltrán Ramírez, un hombre de 41 años que vive con obesidad mórbida, denunciaron que el Hospital General de Ensenada (HGE) pretende darlo de alta a pesar de que las lesiones que padecía por permanecer postrado están más graves que cuando llegó; a los parientes les indicaron que la mesa del quirófano no aguanta el peso, mientras que oficialmente la institución asegura que debe «bajar entre 70 y 80 kilos» para ser atendido.
Los parientes acusaron que la situación de José Antonio se agravó porque durante cuatro días no le hicieron ninguna curación ni la limpieza quirúrgica por la que fue llevado inicialmente. Ahora el HGE asegura que está buscando otra institución médica donde puedan atenderlo, pero por lo pronto quiere que se lo lleven de vuelta a su casa.
Adela Ramírez Galván, madre del paciente, señaló que lo ingresaron el viernes 12 de enero, pero el personal del HGE accedió a hacerle las curaciones que se solicitaron apenas el día 17, un día después de que José Antonio acusó -en un video que hicieron circular en redes sociales- que lo discriminaron por su peso y no recibió atención.
Debe bajar de 70 a 80 kilos
Advirtió que no aceptan el alta de su hijo si no lo entregan «por lo menos como estaba«, y por su cuenta la institución médica -dependiente del Sistema Estatal de Salud- aseguró que se le proporcionó la atención que el hombre requería, pero se negó a hacer la cirugía que solicita la familia por «riesgo mortal«, y para intervenirlo es necesario que el hombre baje «de 70 a 80 kilos».
En entrevista con La Jornada Baja California, la madre de José Antonio dijo que para cuando se le atendió, luego de cuatro días «de negligencia» la condición de su hijo ya se había agravado y actualmente tiene la piel negra en la parte superior de las nalgas y una llaga en los genitales donde el hospital le hizo una incisión «para ver si tenía pus».
La mujer acusó que incluso la trabajadora social les recomendó llevárselo a casa y «ponerle pomada hasta que se le caiga la piel negra«. Mire, explicó; “no soy enfermera pero no soy tan ignorante; es como una manzana cuando está podrida, si no le quitan el pedazo se pudre toda»; por su cuenta personal médico le argumentó que no lo llevaron a quirófano «porque la mesa de cirugía no aguanta” su peso.
Me están discriminando por mi sobrepeso
José Antonio se dedica a la venta y reparación de teléfonos celulares y está sentado la mayor parte del tiempo, pero se cayó de sentón y desde entonces tiene «sangre molida» en la zona de los glúteos, por lo que la familia constantemente le hace curaciones y lavados, pero un paramédico les indicó que necesitaba una limpieza quirúrgica, por lo que el 12 de enero lo trasladaron al Hospital General de Ensenada.
Lo recibieron, le asignaron una cama, pero pasó varios días sin recibir atención, “ni siquiera un baño o limpieza superficial” por lo que el día 16 y con apoyo de su familia el hombre grabó un video en el que denunció que «no se me ha hecho ninguna curación ni nada, me están discriminando por mi sobrepeso«.
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Al día siguiente -miércoles 17-, el hospital le hizo curaciones y emitió una ficha informativa en la que aclaró que «José Antonio Beltrán Ramírez, de 41 años de edad, ha sido atendido de manera puntual, inclusiva y sensible, priorizando mantenerlo con vida ante su condición de salud».
Según la ficha, José Antonio ingresó con una infección que afecta los tejidos subcutáneos «derivado de la postración que sufre por el sobrepeso», y se le hicieron «las curaciones debidas y lavado quirúrgico».
Pero «después de ser valorado por el personal de cirugía, se determinó que no se puede ofrecer la cirugía que solicita en las instalaciones del hospital, ya que su riesgo de contraer complicaciones mortales por la cirugía es elevado por su obesidad; para realizarla debe bajar de 70 a 80 kilos, para bajar el riesgo».
El HGE ofrece buscar atención «en la República Mexicana»
La ficha informativa indica que «actualmente el comité del hospital busca la vía para obtener apoyo de un hospital de tercer nivel en la República Mexicana, para facilitar el traslado y atención del paciente. Mientras tanto, será dado de alta con las indicaciones debidas para sus cuidados en casa, en tanto se vislumbran opciones para mejorar su estado general de salud».
La familia teme que el hospital pretenda «que nos enfademos y lo saquemos», pero insisten en que no se lo llevarán «hasta que nos lo entreguen por lo menos como estaba, con escaras (piel y tejidos que se dañan por la presión en personas que permanecen en cama o silla de ruedas), pero ya se le estaban quitando» a base de curaciones y lavados constantes.
