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Región

Cobra relevancia violencia que enfrentan mujeres y niños migrantes 

Por: Redacción La Jornada Baja California

Tijuana, 10 de enero. La movilidad de mujeres, niños y adolescentes ha cobrado relevancia urgente en los últimos años, particularmente en contextos de violencia, despojo e inestabilidad sociopolítica

Frida Güiza, docente de la Escuela de Humanidades del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETYS) Campus Tijuana, explora esta temática a fondo a través de un proyecto de investigación cuyo objetivo es entender la subjetividad de mujeres y niños en movilidad, así como las ideas de futuro que les impulsan. La “esperanza” es clave en este estudio.

“La etiqueta ‘migrante’ se ha convertido en una palabra que denigra y criminaliza a quienes se ven forzados a desplazarse. Es crucial entender que actualmente las razones detrás de la movilidad, van más allá de la búsqueda de mejores condiciones materiales de vida; es la respuesta a situaciones extremas como la violencia, el despojo de bienes y la inestabilidad política”, señaló Güiza.

En este contexto, la investigación que lleva a cabo destaca atroces realidades que enfrentan las mujeres y niños en movilidad a diferentes escalas. Desde la violencia doméstica, la criminal, y la material.

“Una revisión rápida de las notas periodísticas de los principales lugares de salida como Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Chiapas, Guatemala, El Salvador o Haití, nos dan pistas para entender las razones del desplazamiento de las personas, como el crimen organizado, los desastres, la inestabilidad política, el despojo. Por supuesto sigue presente y se suma la carencia de medios materiales o la aspiración a mejores condiciones de vida, pero en este momento esto último, no es el principal motivo”, agregó.

Datos del Centro Nacional de Monitoreo de Movilidad y Migración Internacional (Cenammmi) de la Secretaría de Gobernación revelan que, de enero a agosto de 2024, se registraron 925 mil 85 personas extranjeras en situación irregular en varios estados de México, particularmente en la frontera sur del país, de las cuales el 26.20 por ciento son mujeres y 11.7 por ciento son menores de edad. 

Cabe señalar que actualmente en México, el desplazamiento interno se caracteriza por familias que incluyen a las abuelas, las madres y los niños, quienes mayoritariamente esperan en la frontera norte la cita con la autoridad migratoria o para pasar con un traficante de personas.

Extraño a mis perros, pero dice mi mamá que allá vamos a tener una casa,voy a ir a la escuela y ella va encontrar un trabajo”, dijo un infante.

“Salimos porque nos amenazaron, querían siete mil pesos al mes como pago de piso, no alcanzábamos a cubrirlo. Nosotros estábamos bien, con lo que nos manda mi esposo y una tiendita, íbamos saliendo adelante”, comentó una mujer.

“Me mandaron una foto de mi hija que venía caminando de regreso de la escuela y me dijeron que al jefe de la plaza le gustó. Le llamé a mi hija y le pregunté por dónde venía…ese día salimos del pueblo”, mencionó una mujer.

Güiza subrayó la necesidad de que organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil que atienden a personas en movilidad incluyan un enfoque en el bienestar emocional para niños y mujeres. 

“Jugar es una parte esencial para el desarrollo adecuado de cualquier niño. Abordar la salud mental de las mujeres en movilidad es clave por las situaciones de las que están escapando, también porque la espera en los albergues agota y porque ellas asumen la labor de cuidado de la familia. Garantizar estos cuidados es tan importante como proporcionar refugio y alimento”, concluyó.

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