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México

Después de 30 años, no se supera nivel de 77.1% de asistencia a urnas

Por: Fabiola Martínez / La Jornada

En tres décadas, México no ha podido superar el nivel histórico de 77.1 por ciento de participación ciudadana en elecciones presidenciales, y tampoco la disparidad de este indicador.

Aunque el pasado día 2 el promedio nacional de asistencia a las urnas alcanzó 61 por ciento, en municipios como Tecate, Baja California, fue de apenas 44.3, según el primer análisis del tema elaborado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Igualmente, en Nogales y San Luis Río Colorado, Sonora, quedó en el rango de 45 por ciento; Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, 45.7; Juárez, Nuevo León, 47.6, y Apatzingán, Michoacán, 48.6.

La estadística muestra que la elección presidencial es la más atractiva para la población, por encima del resto de los puestos de elección popular, aunque como se mencionó, la asistencia a las urnas es desigual, incluso en el mismo estado.

Así, en un distrito de Quintana Roo (no identificado en los datos recientes del INE, aunque podría ser territorio perteneciente a Cancún), casi todos fueron a sufragar, pues de una pequeña lista nominal de mil 753 miembros, acudieron al llamado mil 678, esto es, 95.7 por ciento.

Algo similar ocurrió en Yucatán, aunque ahí no es la primera vez que se registran las tasas más altas; en un distrito ubicado en Mérida, la capital, se reportó participación de 91.2 por ciento, igualmente en un padrón mínimo de 2 mil 16 electores.

Por entidad federativa, las más bajas –promedio– fueron Baja California (48.7 por ciento), Sonora (51.1), Chihuahua (53.2), Durango (55.5), Michoacán (55.8) y Sinaloa (56.2).

Las de mayor participación en el proceso por la Presidencia fueron Yucatán, con asistencia de 72.7 por ciento de los ciudadanos en aptitud de sufragar, Tlaxcala (71), Ciudad de México (70.3) y Puebla (66).

Aun cuando el día 2 hubo alta expectativa por la elección, el indicador fue de 61.04 por ciento para la presidencial y 60.84 en promedio en todo el proceso, si se toman en cuenta las otras dos contiendas federales (diputaciones y senadurías), donde los porcentajes locales fueron similares a los reportados para la contienda por la titularidad del Poder Ejecutivo federal.

De 1991 a 2015, los comicios intermedios tuvieron un promedio de 51.29 por ciento de participación ciudadana (siempre ha sido más baja en estos episodios), mientras en las presidenciales la media fue de 65.44.

Lo anterior, pese a que en la historia reciente, primero Instituto Federal Electoral y desde 2014 INE, el árbitro ha destinado miles de millones de pesos en programas de educación cívica que, a la luz de la estadística, han sido poco o nada efectivos.

Así, en 2000, también pese a la fuerza de la oposición que por primera vez arrebató la Presidencia de la República al PRI, la participación fue de 63.97 por ciento.

Un sexenio después, el indicador también resulta una incógnita, pues aunque hubo una competencia muy cerrada entre Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón (PAN), a quien finalmente le dieron el triunfo, por una diferencia de apenas 0.56 por ciento de votos, la asistencia de los ciudadanos en las urnas fue de 58.55 por ciento.

En 2012, que concluyó con la vuelta al poder del PRI, así como de un gasto sin precedente para impulsar la candidatura de Enrique Peña Nieto, la participación fue un poco más alta (62.08 por ciento).

En la contienda inmediata anterior, en 2018, el arrastre de López Obrador provocó que el entonces candidato opositor ganara por una cómoda ventaja y la ola electoral fue evidente, con una participación ciudadana de 63.42 por ciento, aunque, como se dijo, muy lejos del histórico 77.1 de 1994, cuando Ernesto Zedillo llegó a la Presidencia.

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