La Jornada publica una investigación en el que se ofrece una mirada al infierno que viven quienes son internados en esos centros.
Son lugares prácticamente ajenos al escrutinio público y en la indefinición sobre qué instancias gubernamentales deberían supervisarlos.
Emitieron este viernes una alerta sanitaria debido a que son altamente adictivos y ocasionan graves daños a la salud.