Miembros de 'Cárteles unidos' controlan la producción y distribución de limón en el poblado de Tomatlán, Michoacán. Foto Ernesto Martínez Elorriaga / La Jornada
La delincuencia organizada se ha convertido en intermediario de productos básicos con sobrecostos de hasta 20%; "somos extraños en nuestra tierra", afirman pobladores