Me recriminé a mí misma por no haber actuado con el adolescente con más arrojo y haberle ofrecido llevarlo en mi coche. Foto: Ariadne Primavera Opinión Escenas de la vida diaria / Bárbara Jacobs Me recriminé a mí misma por no haber actuado con el adolescente con más arrojo y haberle ofrecido llevarlo en mi coche