La policìa estatal veracruzana es dibujada como una verdadera arma letal, más que de protección ciudadana.
Las acciones del gobernador de Veracruz se consolidan como un "aporte" en tiempos de la Cuarta Transformación.
Ya el tiempo ha hecho estragos en lo que antes fue un carnoso cuerpo y del ahora sólo quedan huesos, pero su líder recién se entera.