Región

Voces Refugiadas: historias de integración y esperanza en Tijuana

Por: Jonathan Pérez Juárez

Tijuana, 22 de junio. Por primera vez, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se alió con el Centro Cultural Tijuana (Cecut) para realizar el encuentro Voces Refugiadas.

Durante tres días, el Cecut fue lugar de conversatorios, intervenciones artísticas, conciertos y muestras de danzas que celebran la multiculturalidad de las personas que viven en esta ciudad, pero llegaron desde otros países. 

Este fin de semana se organizó un ciclo de cortometrajes y un conversatorio sobre ser refugiado en Baja California. 

Durante el conversatorio moderado por miembros del ACNUR con cuatro personas refugiadas en Tijuana, compartieron sus experiencias sobre empleabilidad, integración lingüística, emprendimiento y gastronomía. 

Los integrantes del conversatorio fueron Katherine (El Salvador), Anastasia y Daniel (Haití), así como Yuri (Venezuela).

Sobre la razón por la cual decidieron escoger Tijuana como destino para refugiarse, las razones fueron varias.

Katherine, quien fue víctima de persecución en su país de origen, ya había estado anteriormente en Tapachula y Ciudad de México. Sin embargo, ahí también vivió incidentes de violencia y no fue hasta que llegó a Tijuana que pudo encontrar comunidad que apoyaba a la población refugiada e incluso logró encontrar la oportunidad de continuar con sus estudios de abogacía. 

En cuanto a Daniel y Anastasia, ambos ya tenían familia o amigos residiendo en la ciudad, por lo que para ellos fue más sencillo escoger esta ciudad. Para Yuri no había otro norte que Tijuana, pues su mamá ya vivía aquí.

“Desde que llegué he visto que la diversidad cultural nos abre las puertas y nos acobija. La mayoría de mexicanos que conozco no son de Tijuana y creo que en eso somos iguales”, expresó Yuri.

Sobre la pregunta de quiénes los apoyaron al llegar, Katherine dijo que también recibieron ayuda de organizaciones como Espacio Migrante, Al otro lado, Alma Migrante, donde pudo conocer a otros migrantes de Centroamérica y Sudamérica, y apoyarse entre todos para poder poner en orden sus trámites.

Daniel compartió su caso: meses atrás cuando recién llegó a Tijuana no sabía casi nada de español y él quiso comenzar su trámite de reconocimiento, pero al no tener algún intérprete se le imposibilitó comunicarse. Él explicó que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) lo asistió en su trámite. 

“Para mi comunidad haitiana es difícil, para encontrar un empleo te piden la residencia”,  señaló Anastasia, argumentando que para muchos haitianos el objetivo no es sólo encontrar una vida más llevadera, sino seguir con sus sueños y sus carreras profesionales pero por el idioma es difícil. 

Por otro lado, Yuri habló sobre su proceso como emprendedora gastronómica, detallando su experiencia sobre llegar a un lugar nuevo con su gastronomía y conectar con la comida local. 

En su país ella obtuvo la licenciatura en investigación penal y criminalística, pero a su arribo a Tijuana se sintió perdida profesionalmente, esto la llevó a emprender un proyecto de comida venezolana de todo tipo. En una ocasión durante una actividad en la Comar, ella junto a otros cocinó arepas con cochinita pibil y arepas con birria. 

“Siento que es como ver a un mexicano y a una venezolana casados. Fue algo muy especial, siento que la comida nos une y nos va a hacer vivir momentos gratos”, afirmó Yuri. 

Para Anastasia no hay tanta diferencia entre la comida mexicana y la haitiana, y, si bien, ella admitió que no sabe cocinar, la gastronomía mexicana le encanta

Durante el conversatorio, los representantes del ACNUR compartieron el dato de que Tijuana y Baja California es la región en donde más registros de personas naturalizadas existen. Hasta ahora, el ACNUR ha acompañado a 100 personas en su proceso de naturalización, pero ya hay 250 solicitudes en puerta. 

Sobre este tema, Katherine habló del proceso de su familia. Pesé a que ella aún no está naturalizada, sus padres y su hermana están a punto de recibir su carta de naturalización en los próximos meses, gracias a la labor de ACNUR. 

“La naturalización es un proceso fundamental y creo que es parte de lo que te hace ser tú. Esta una versión de nosotros que tuvo que dejar su país un día y tiene que estar acá, y ahora sí es de acá. Ahora sí es ser de acá y establecerte, y un paso más en la integración y logras hacerte parte del lugar”, expuso Katherine.

Finalmente se abordó la necesidad de que haya más información sobre la Comar y otras organizaciones civiles que apoyan a personas refugiadas en distintos puntos de Tijuana. 

“Hay muchos que ni siquiera saben qué es Comar, qué es ser refugiado, entonces pienso que un poquito más de formación en alguna zonas estratégicas donde pasamos los migrantes sería de utilidad para personas que en realidad necesiten tramitar su documentación, que necesiten atención médica, atención legal”, planteó Yuri.

Lo anterior se refleja en la experiencia de Anastasia, ya que ella, quien lleva un año viviendo en la ciudad, no conocía de la Comar hasta apenas hace seis meses. Ella también se unió al planteamiento de Yuri, y añadió una sugerencia de parte de la comunidad haitiana: aunque existe la barrera del idioma, tanto las autoridades como la sociedad deberían darles chance para demostrar sus conocimientos.

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