Título 42: casi 2 mil migrantes varados entre los muros fronterizos en Tijuana
Tijuana, 11 de mayo. Unos 2 mil migrantes están atrapados entre los dos muros que en esta parte del país dividen México y Estados Unidos; hace apenas tres días el grupo se estimaba en unas 600 personas.
Están separados por género, edad o estado civil: los hombres mayores de edad están a la altura del fraccionamiento El Mirador y las mujeres y familias cerca de la colonia Castillo; todos pueden verse desde la avenida Internacional.
Sin comida, agua y soportando el calor durante el día y el frío en la noche, se acercan al muro que da al lado mexicano a pedir ayuda: «necesitamos comer, que alguien nos ayude», dijo a periodistas un colombiano, mientras otros, con algunos dólares todavía en la bolsa, piden pizza y bebidas vía aplicaciones.
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Antes de entregar los víveres, repartidor y paquetes son sometidos a una revisión por parte de elementos del Ejército Mexicano que vigilan el movimiento migratorio; agentes de la Guardia Nacional por su cuenta hablan con personas -familias enteras integradas por niños, mujeres y hombres de diferentes edades- que llegan a la frontera, aparentemente con la idea de cruzar.
«¡Amigo, un cigarro!», dice un hombre de piel oscura en un español que apenas se entiende al tiempo que saca un billete entre los barrotes del cerco fronterizo; cuando se entera que es videograbado se disgusta y demuestra levantando el dedo medio; otros reciben las pizzas y alguna bebida.
Estas son las imágenes de cómo se está viviendo la crisis migratoria en la frontera Tijuana-San Diego a unas horas de que finalice la medida denominada Título 42 que impuso en 2020 el ex presidente estadunidense Donald Trump bajo el argumento del riesgo sanitario que se vivía por la pandemia de covid-19.
«Está muy grave la situación»
«Está muy grave por el tema de que somos muchas personas estancadas, y pues tenemos hambre, necesitamos ayuda o que esto se mueva muy rápido; somos muchos los que estamos acá», señaló Santiago, uno de los migrantes de origen colombiano, quien se cubre el rostro para no ser reconocido.
Expuso que están sufriendo por el frío y el sol, sin que les den razones de lo que está pasando; «se llevan muy poquita gente, a mucha la devuelven, entonces de que se llevan 30 personas y vuelvan cinco, no da garantía de nada», señaló Santiago, migrante colombiano al comentar que habla por la gente que está en espera de que la autoridad los reciba y ellos puedan solicitar asilo.
«Cualquier persona que nos pueda brindar la mano sería espectacular, iglesias, lo que sea, porque es un caso bastante grave y somos muchos», dijo y señaló que aun cuando hay familias completas, si son mayores de 18 años «los separan y no les importa».
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A las parejas que no están casadas también las separan, por un lado se encuentran las mujeres y por otro los hombres, lo que aumenta la incertidumbre mientras aguardan.
Al llegar, según el día que cruzaron (por la canalización del Río Tijuana, dicen algunos con reserva porque no quieren revelar su ruta de entrada a territorio estadunidense), se les entrega una pulsera de un color determinado, de acuerdo con el día que llegaron.
Hay de diferentes nacionalidades, muchos colombianos, venezolanos, haitianos, africanos y de países centroamericanos; los mismos migrantes afirman que algunos tienen ya ocho días en campamentos improvisados; tienen techos de plástico y desechos que encuentran y tratan de resguardarse bajo los pocos arbustos que hay en el lugar.
Al concluir el Título 42 en el último minuto de este 11 de mayo, el gobierno de Estados Unidos aplicará las medidas incluidas en el Título 8, que contempla la deportación inmediata de migrantes que ingresen sin documentos, además de que podrían someterlos a juicios y prohibirles la entrada a durante al menos cinco años, y posiblemente perder derecho a solicitar asilo.
