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Región

El Título 42 llegó a su fin, ¿qué pasará con las fronteras y la inmigración en EU?

Por: Xinhua

Tijuana, 12 de mayo.- La implementación del Título 42, restricción de salud pública emitida en la administración de Donald Trump durante la pandemia de covid-19, terminó este jueves. Su final altera la política migratoria de varios años en Estados Unidos e incluso a escasas horas de que terminar la medida sanitaria, la aglomeración de miles de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos tensó la cotidianidad de las ciudades fronterizas y puso a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades en ambos países.

Durante los últimos días, varias ciudades del norte mexicano que colindan con territorio estadounidense han asistido al cruce masivo de migrantes a través de muros o Río Bravo, algunos con escenas de elevada carga dramática, como un niño pequeño siendo llevado en una maleta por agua desde México hacia Estados Unidos.

El evidente y declarado desespero de los migrantes por cruzar se debió a que a las 23:59 horas de este jueves dejó de estar vigente el Título 42 en la política migratoria estadounidense, para dar paso a otras disposiciones que restringirán el derecho de asilo en Estados Unidos a aquellos que arriben de manera irregular a sus fronteras.

El Título 42 fue implementado en marzo de 2020 por la administración de Donald Trump como una estrategia ante la contingencia sanitaria derivada de la pandemia de la COVID-19.

Al suspender la entrada de personas y bienes desde el exterior, la disposición imposibilitó en la práctica, mediante las expulsiones aceleradas de migrantes, la búsqueda de la figura de asilo, a la vez que expuso a miles de personas en la ruta migratoria a mayores situaciones de riesgo, según han denunciado organizaciones de la sociedad civil en México y Estados Unidos.

El Gobierno mexicano estimó el miércoles que el número de personas expulsadas por Estados Unidos a través de sus diferentes fronteras, en tres años de aplicación del Título 42, ascendió a 2.825.970.

De ese total, 2.710.494 personas fueron expulsadas por la frontera con México y seis de cada 10 correspondieron a personas de nacionalidad mexicana (1.641.746), mientras que 897.087 fueron personas provenientes de países centroamericanos y el resto de otras nacionalidades, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Gobernación (Ministerio de Interior) de México.

La aglomeración de migrantes en la frontera entre ambos países durante esta semana es consistente con el repunte del flujo migratorio esperado por las autoridades de México y Estados Unidos ante el fin del Título 42.

Ello, pese a la adopción de medidas y disposiciones restrictivas del derecho de asilo por el Gobierno estadounidense, la militarización de su frontera con más de 20.000 efectivos y continuas declaraciones de que el levantamiento de la medida no supone una apertura ni el fin de las expulsiones.

En opinión de la investigadora Ariadna Estévez, lo que está pasando con el incremento de migrantes en la frontera es una muestra de que tras el fin del Título 42 va a ser «mucho más duro» para ciertas nacionalidades y solicitantes de asilo conseguir protección en Estados Unidos.

«No significa que se restablezcan las condiciones de asilo anteriores a Trump. El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció la aplicación universal de la restricción al asilo que impuso Trump a centroamericanos», señaló la experta, académica del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Mediante tal restricción, se negará la solicitud de asilo, se deportará y prohibirá la entrada por cinco años a refugiados que no hayan pedido asilo previamente, o se les haya denegado en alguno de los países por los que atravesaron para llegar a Estados Unidos.

Estévez dijo que, hasta el momento, hay dos consecuencias principales a largo plazo de la aplicación del Título 42 y otras restricciones al derecho al asilo de los migrantes.

Éstas son «el incremento del desplazamiento forzado interno y la aniquilación de migrantes por desesperación y aparentando autodestrucción».

Mediante las restricciones al asilo del Título 42 y, previsiblemente, de las disposiciones que le sucederán, Estados Unidos busca procesar sus solicitudes de asilo fuera de sus propias fronteras; en México, Centroamérica y Colombia, sin que quede claro qué reciben estos países a cambio, agregó la experta.

Prueba de ello es que las medidas anunciadas por Washington para sustituir al Título 42 abarcan la eventual apertura de un centenar de centros de procesamiento de solicitudes de migración documentada en el hemisferio occidental, así como nuevos centros de detención de migrantes, incluyendo algunos para menores de edad no acompañados.

También un incremento de las deportaciones, ya sea en vuelos desde Estados Unidos hacia los países de origen o de manera inmediata hacia México.

Estados Unidos dispuso que para solicitar asilo los migrantes deben pedir cita en los principales puertos de entrada a través de la aplicación móvil «CBP One», gestionada por su Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, o en los centros de procesamiento que prevé construir.

La aplicación ha estado funcionando durante los últimos meses para las solicitudes de asilo e integración familiar por motivos humanitarios de ciudadanos de algunas nacionalidades.

Sin embargo, migrantes, funcionarios y organizaciones de la sociedad civil de los países de origen y tránsito del flujo migratorio han denunciado en reiteradas ocasiones fallas e insuficiencia en el número de citas, una situación que pudiera ser peor tras el fin del Título 42 y la entrada en vigor de la medida prepandemia, el Título 8, entre otras restricciones.

El Título 8 permite a las autoridades migratorias estadounidenses procesar de manera rápida y expulsar aceleradamente a quienes lleguen a la frontera de manera irregular.

A pesar de todas las medidas que dificultan su propósito de buscar asilo en Estados Unidos, los migrantes aglomerados en ciudades fronterizas mexicanas persisten en su empeño de llegar a suelo estadounidense por cualquier vía.

Es el caso de la salvadoreña Lissette Hernández, quien dijo a Xinhua en la ciudad de Reynosa, en el estado mexicano de Tamaulipas, que espera ingresar pronto porque tiene «bastante tiempo de estar en la frontera», en refugios y sin otras opciones viables.

El guatemalteco Marvin Hernández, por su parte, alegó dificultades para programar su cita en la aplicación dispuesta por Estados Unidos y acusó falta de información sobre cómo se procederá con las solicitudes de asilo de las personas varadas en la frontera.

Enrique Lucero, director de Atención al Migrante en Tijuana, ha advertido en su cuenta en la red social Twitter que las medidas de Estados Unidos previstas para después del Título 42 podrían no resolver, sino agravar, la crisis migratoria de la región.

«Después del título 42 la situación migratoria en nuestro país se agudizará. Muchos migrantes extranjeros que ingresaron a EE. UU. de manera forzada serán retornados a México bajo el Título 8, el cual viene acompañada de una suspensión de cinco años sin poder ingresar al vecino país», advirtió Lucero.

Previo al fin del Título 42, el funcionario refirió que para mitigar en mejor medida los flujos migratorios irregulares y la crisis migratoria regional, que impacta especialmente en ciudades fronterizas como Tijuana, Estados Unidos debe ser más claro y transparente con los mensajes que envía a los potenciales migrantes.

También facilitar un flujo rápido para el asilo y coordinarse en todo momento con las autoridades mexicanas, todo lo cual contribuiría a la disminución del volumen del flujo migratorio irregular y al aprovechamiento que hacen el crimen organizado y los traficantes de personas de la desinformación de los migrantes.


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