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Región

Detienen a presunto cómplice del asesino de dos sacerdotes jesuitas

Por: Jesús Estrada y Rubén Villalpando / La Jornada

Chihuahua, Chih., 3 de noviembre.- Efectivos del Ejército Mexicano, así como elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Agencia Estatal de Investigación de Chihuahua, realizaron este miércoles una operación para aprehender a José Noriel Portillo Gil, El Chueco, acusado de dar muerte a dos sacerdotes jesuitas y a un guía de turistas el pasado 20 de junio en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique.

Los uniformados no dieron con el presunto homicida múltiple; sin embargo, lograron detener en la comunidad de Témoris, municipio de Guazapares, a Fernando F. C., alias El Cuervo, a quien se atribuye ser operador de El Chueco y asesinar en 2019 a Cruz Soto Caraveo, defensor de familias desplazadas de la Sierra Tarahumara.

“Elementos de la Agencia Estatal de Investigación le aseguraron a Fernando F. C. un arma de fuego, equipos de radiocomunicación y un vehículo con reporte de robo, por lo que fue puesto a disposición del Ministerio Público de la fiscalía de distrito zona occidente”, dio a conocer la Fiscalía General del Estado (FGE).

La institución confirmó que tiene una orden de arresto vigente en contra de Fernando F. C. por el homicidio del activista Cruz Soto, a quien tres sujetos armados privaron de la libertad el 13 de octubre de 2019. Posteriormente se le halló muerto, con impactos de bala, a un lado del camino que va de Témoris hacia el pueblo de Bahuichivo, en Guazapares.

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Soto Caraveo era parte de un colectivo de familias desplazadas originarias de la localidad El Manzano, municipio de Uruachi, y de la comunidad Monterde, en Guazapares. Fue secuestrado cuando salía de una reunión en la presidencia municipal de Guazapares, adonde acudió para recibir un apoyo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural federal.

Cruz Soto fue expulsado de la Sierra Tarahumara junto con 23 familias originarias de los poblados El Manzano y Monterde, entre 2014 y 2015, por oponerse a que narcotraficantes encabezados por El Chueco reclutaran a jóvenes indígenas de sus comunidades y del ejido Rocoroyvo.

Otros dos habitantes de El Manzano, Benjamín Sánchez Lagarda y Joel Sánchez Cruz, también fueron asesinados, presuntamente por pistoleros a las órdenes de El Chueco, en febrero y marzo de 2015, respectivamente. Estos dos crímenes permanecen impunes.

Mientras, la FGE reiteró que ofrece “una recompensa hasta de 5 millones de pesos a quien o quienes aporten información que conduzca directamente a la captura” de Portillo Gil.

Este sujeto es acusado de los asesinatos de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, perpetrados en el templo católico de Cerocahui. Autoridades lo consideran jefe de una célula de sicarios y traficantes de droga al servicio de Los Salazar, grupo que forma parte del cártel de Sinaloa.

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