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Región

Calor y animales «complican» identificar cuerpos de migrantes

Por: Arturo Sánchez Jiménez / La Jornada

Tucson, 18 de mayo.- Jennifer Vollner, antropóloga forense de la Oficina del Médico Forense del condado de Pima, Arizona, analiza en su laboratorio los restos de un migrante no identificado. Calcula que murió hace unos dos meses, pero como estuvo expuesto durante ese tiempo al clima y los animales del desierto, donde fue localizado, sólo quedan la osamenta y unos pocos restos de tejido en sus piernas.

Es uno de los más de 4 mil indocumentados que han perdido la vida desde 1990 en la jurisdicción forense de Pima-Tucson, que abarca unos 250 kilómetros de línea fronteriza con México y que en 2005 vio excedida por primera vez su capacidad para preservar cuerpos en sus refrigeradores, por lo que desde entonces alquila un camión con equipo de refrigeración y construyó una unidad adicional de enfriado; ahora está edificando una morgue más grande para poder conservar los cadáveres.

Hasta los años 90 del siglo pasado, esta oficina recibía anualmente cerca de una docena de cuerpos para analizar, pero de 2000 a 2010 comenzó a recibir entre 160 y 220, la inmensa mayoría de ellos migrantes que murieron al buscar cruzar la frontera.

La víctima es un hombre, de entre 25 y 50 años, y aunque tiene seis vértebras lumbares, una característica anatómica que lo hace único para los especialistas, su identidad se ignora.

Para conocerla se extrajo ADN de un hueso, pero analizarlo cuesta entre mil y 2 mil dólares, y el forense no tiene recursos para costear el examen, además de que aún no han ubicado a posibles familiares para comparar los resultados, así que podría sumarse a los 600 restos humanos sin reconocer registrados por esta oficina.

Arizona y su desierto –que abarcan otras jurisdicciones forenses– han cobrado la vida de 4 mil 132 mexicanos desde 2001, según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En total, a lo largo de toda la frontera, 8 mil 262 connacionales perdieron la vida entre 2001 y 2023. Arizona ha sido la región más mortífera para los mexicanos, seguida de Texas, con 3 mil 131 fallecidos; California, 82, y Nuevo México, 17.

En los casos en que se ha logrado determinar la causa de fallecimiento, la deshidratación ocupa el primer lugar, según datos de la red consular mexicana en Estados Unidos.

Mexicanos sin documentos son quienes en mayor número han intentado cruzar el desierto en los últimos años con la esperanza de alcanzar el sueño americano, y también son los que más fallecen en el intento.

De los 3 mil 843 cuerpos recuperados y analizados por el forense de Pima-Tucson entre 2000 y 2023, mil 806 eran mexicanos, la mayoría hombres de entre 20 y 40 años.

Gregory Hess, jefe de la oficina, advierte que las cifras de muertes se incrementan en verano, cuando las temperaturas en el desierto van de 38 a 45 grados centígrados. En estas condiciones, una persona se deshidrata en cuestión de horas y, si muere, su cuerpo puede ser difícil de identificar en cuestión de días.

La antropóloga Vollner asegura que no es inusual observar signos de deficiencias nutricionales en los cuerpos, que datan de sus infancias o persisten cuando son adultos. «Fue algo que me impactó ver cuando empecé a trabajar aquí en 2016, pues no es algo que se vea frecuentemente en una población moderna«, expresa.

Pese a que las dificultades que enfrenta para identificar a migrantes como al que pertenecían los restos que analiza, Vollner enfatiza que esto no es razón para no intentarlo. «Estas personas tenían familias, amigos, un nombre que esperamos encontrar y devolverles«.

Lo mataron a golpes

Un indocumentado falleció debido a una golpiza; su cuerpo quedó en el bordo del río Bravo, a la altura del marcador fronterizo número 40, frente al bulevar Cuatro Siglos, de Ciudad Juárez, reportaron autoridades locales.

El hombre, al parecer originario de Honduras, murió presuntamente por los golpes y fue encontrado cuando agonizaba por otros indocumentados venezolanos, quienes notificaron el deceso a policías municipales. Paramédicos de la Cruz Roja acudieron al lugar para intentar reanimarlo, pero cuando llegaron ya había fallecido.

Extranjeros que estaba en el lugar dijeron haberlo visto la noche del jueves, y mientras unos atribuyeron los golpes a militares estadunidenses, otros dijeron que pudo haber sido víctima de traficantes de personas.

Con información de Jesús Estrada

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