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Aumentan dudas sobre la toma de decisiones en la Casa Blanca

Por: Jim Cason y David Brooks / La Jornada

Washington y Nueva York. La decisión del presidente Donald Trump de suspender gran parte de los aranceles de 25 por ciento contra México y Canadá después de imponerlos el martes provocó, otra vez, interrogantes sobre la misteriosa toma de decisiones del mandatario, quién influye en ellas (y quién no) y si existe o no una política coherente o si México y muchos otros países tienen que padecer las ocurrencias de un hombre impredecible que ahora encabeza el país más poderoso del planeta.

Obviamente quien toma la decisión final es Trump, supuestamente con la asistencia de su gabinete y sus asesores más cercanos. Pero como México, Canadá, Panamá, Ucrania, buena parte de Europa y otros más han descubierto, establecer buenas relaciones con su gabinete y otros supuestamente cercanos al mandatario no siempre lleva a buenos o esperados resultados. Más aún, no hay consenso dentro del mismo gobierno, con un grupo de asesores y secretarios con diferentes prioridades e intereses, aunque todos saben bien que para mantener acceso e influencia, tienen que subordinarse a su jefe.

Esto fue visible la semana pasada cuando sólo días antes del 4 de marzo, fecha en que los amenazantes aranceles del presidente entrarían en vigor, el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, viajó a Washington encabezando una delegación de altos funcionarios para reunirse con el secretario de Estado, Marco Rubio, y otras contrapartes. Todos expresaron que el encuentro fue muy positivo y Rubio emitió una declaración agradeciendo a México por el envío de más tropas a la frontera común, la entrega de 29 narcotraficantes y las acciones contra el flujo del fentanilo.

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En esos mismos días, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, también estaba en Washington reuniéndose por separado con el representante de Comercio de Estados Unidos, Jamieson Greer, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, para conversar sobre la cooperación bilateral. Estos funcionarios estadunidenses indicaron que todo procedía de manera muy positiva e insinuaban que tal vez se evitaría la imposición de los aranceles. Pero Trump cumplió con su amenaza a pesar de todos los avances en la relación, tomando por sorpresa a buena parte del sector privado estadunidense y los expertos.

Solo Trump habla por Trump, concluyó el Wall Street Journal al reportar que los altos funcionarios de ambos países habían esperado que presentarle al presidente suficientes compromisos bilaterales lograría la prórroga de los aranceles.

Cuando los mercados bursátiles en Estados Unidos se desplomaron con el anuncio de los aranceles, Lutnick se presentó en varios programas de televisión para sugerir que una pausa en la aplicación de las medidas era posible para algunos sectores o empresas que cumplen con el T-MEC. Para el miércoles, las maniobras de Lutnick parecieron prosperar y primero se anunció la exclusión del sector automotor de los aranceles. Y este jueves, después de la llamada telefónica entre Trump y la presidenta Claudia Sheinbaum, México (tambien Canadá) obtuvo otra prórroga de gran parte de los aranceles hasta el 2 de abril.

Sin embargo, la Casa Blanca aún tiene la intención de imponer aranceles al acero y aluminio el 12 de marzo, productos que importa de México y Canadá.

A la vez, las razones por la imposición de aranceles sigue cambiando. A veces son presentados como castigos para obligar a México y Canadá a frenar la inmigración y el fentanilo, pero este lunes Trump vinculó los aranceles a su demanda de que las empresas trasladen su producción de regreso a Estados Unidos. Los aranceles del 2 de abril son calificados como acciones recíprocas contra otros países que los imponen a productos estadunidense. Lutnick ahora señala que el impuesto sobre el valor agregado de Canadá son una forma de arancel que deberá ser castigada con medidas recíprocas.

Todo esta confusión provoca una interrogante constante sobre las facciones dentro del círculo de Trump y el grado de su influencia.

Por otro lado, Lutnick, el multimillonario secretario de Comercio y ex director de una empresa financiera de Wall Street, favorece incrementar el poder económico de Estados Unidos a través del comercio, y también responde a presiones del sector agroindustrial, y aparentemente desea que la pausa en los aranceles sobre México ojalá se extienda más.

La disputa por aranceles de los últimos días también ilustra los límites del poder del secretario de Estado Marco Rubio. Él ha comentado a otros que está molesto por su falta de influencia en política exterior a pesar de que técnicamente es el jefe de la diplomacia, reporta Vanity Faircitando a cuatro republicanos cercanos a la Casa Blanca, y uno de ellos indicó que Rubio frecuentemente es el último en enterarse cuando se toman decisiones sobre política exterior en la Casa Blanca.

Por cierto, el presidente tiene nueve enviados especiales de política exterior con oficinas dentro de la Casa Blanca que se encargan de negociaciones en varias partes del mundo, incluido Medio Oriente. Uno de ellos, el ex embajador Richard Grenell, fue quien se reunió con el presidente venezolano Nicolás Maduro a finales de enero y regresó triunfante con seis estadunidenses que habían sido detenidos en ese país, y con un aparente acuerdo de permitir que Chevron continúe operando en ese país, algo que Trump después revirtió, para variar.

El misterio de quién influye en la toma de decisiones de Trump tiene sus claves, dicen observadores, en quien tiene mayor y más frecuente acceso al mandatario. El multimillonario Elon Musk, la jefa del gabinete Susie Wiles, el arquitecto de la política antimigrante Stephen Miller, la secretaria de prensa Karoline Leavitt, el asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz, Vance y el hijo del presidente pueden entrar a conversar con el jefe casi en cualquier momento.

Dos ex funcionarios del gobierno y un funcionario actual del Departamento de Estado comentaron a La Jornada que no hay un solo Rasputín guiando a Trump, y las decisiones a veces son menos basadas en una política consistente sino en su lectura del momento y qué le conviene más para incrementar su poder.

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