Terminó la “carrera judicial” como la conocimos: candidata a jueza
Tijuana, 28 de mayo.- En los pasillos del Poder Judicial se respira algo más que papeleo y formalidad: hay tensión, desazón y resignación entre quienes dedicaron su vida a escalar, peldaño a peldaño, la empinada escalera de la justicia mexicana. Una de esas voces es la de Karen Donay Valdez Virgen, quien desde su trinchera como asistente de constancias y registros con 13 años en la institución, revela la nueva realidad post-reforma judicial.
La aspirante al cargo de jueza especializada en materia penal para el Juzgado Segundo de Distrito, revela que, desde que la reforma fue publicada en el Diario Oficial el 15 de septiembre, los ánimos al interior del Poder Judicial se partieron en dos: por un lado, quienes ven en las candidaturas de jueces “de casa” una señal de valentía ante la incertidumbre democrática; y por el otro, quienes consideran que postularse bajo una reforma considerada inconstitucional es, simple y llanamente, una traición al gremio.
También te puede interesar: Lo que está en juego en Baja California
Y es que, con esta reforma, la historia cambia radicalmente: antes, para ser juez, se necesitaban años de experiencia como oficinista, actuario, secretario, todo un maratón meritocrático. Ahora, basta con postularse… y ganar votos.
Valdez Virgen lo deja claro: “Ahora, con la reforma, la carrera judicial va a persistir, pero hasta secretario de tribunal. Para ser juzgador, no la requerirás»
Lo cierto es que Karen, quien se postuló para ser jueza, sí tiene carrera judicial. “Era mi proyecto de vida”, dice, y por más de una década ha escalado desde oficial administrativa hasta convertirse en secretaria de juzgado, aprendiendo de primera mano el arte complejo de impartir justicia; una trayectoria, forjada con disciplina y vocación, que hoy parece quedar relegada ante una reforma que deja de lado la experiencia acumulada en favor del voto popular.
Así que los años invertidos, los expedientes cosidos, las diligencias bajo el sol, los proyectos de sentencia y las largas noches redactando acuerdos no garantizan nada. La nueva vía es la del voto ciudadano.
Ella misma reconoce que puede haber postulantes externos valiosos, pero también advierte que ser juez no es sólo conocer la ley. Es saber observar, sopesar pruebas desde la neutralidad y entender que, como en medicina, el oficio se aprende mirando, haciendo, fallando y volviendo a intentar.
“Es como los médicos”, dice, “ellos se forman viendo cómo se hacen las cirugías. Nosotros igual: aprendemos viendo a los titulares hacer justicia”.
También te puede interesar: Elección inédita del Poder Judicial
Y entre tanto cambio, los aspirantes del Poder Judicial deben seguir trabajando, sin licencia, mientras hacen campaña política… con sus propios recursos. Servir y promoverse, todo al mismo tiempo. Un nuevo tipo de malabarismo institucional.
La carrera judicial no está muerta, pero sí reducida. Y para quienes soñaban con ser jueces por mérito y experiencia, la urna les cambió el destino, aunque siguen apostándole a lograr sus aspiraciones, ahora ante el escrutinio de la ciudadanía.