Ruffo Appel advierte: “Si no abren la puerta, van a perder al partido”
El ex gobernador de Baja California y primer mandatario estatal emanado del PAN, Ernesto Ruffo Appel, lanza una advertencia sin medias tintas: el Partido Acción Nacional podría perder el registro si no se reforma desde adentro. La crítica viene acompañada de propuestas concretas: él y otros ex gobernadores panistas como José Guadalupe Osuna Millán y Alejandro González Alcocer, y Fortunato Álvarez -quien fuera su secretario de Gobierno-, impulsan la creación de un órgano autónomo dentro del PAN que funcione como una especie de “pequeño INE”, independiente del Comité Ejecutivo Nacional.
“Nosotros cuatro ideamos este asunto de que se construya un pequeño INE dentro del PAN, autónomo al Comité Ejecutivo Nacional”, explicó Ruffo en entrevista con La Jornada Baja California. El objetivo es recuperar los principios fundacionales del partido, abrir los procesos de selección de candidatos a la ciudadanía mediante “primarias abiertas” y evitar que las decisiones clave sigan en manos de camarillas.
“Lo abierto quiere decir que sea público, claro, y que participe gente de fuera del partido. Eso es ciudadano”, afirmó, convencido de que los procesos internos deben democratizarse.
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Controlar el control
Su análisis del deterioro del PAN es frontal. Para él, la crisis comenzó cuando el partido ganó espacios de poder. “Ganamos el poder, este asunto transforma la realidad y por tanto las dinámicas de los grupos, y por consecuencia pasó en el PAN”. Asegura que, al llegar al gobierno, aparecieron personas desconocidas que exigían puestos y comenzaron a operar con lógica clientelar.
Los mayores problemas, dice, ocurrieron al interior del partido: “Se forman camarillas, se forman grupos”, y uno de ellos, según Ruffo, fue el que consolidó el ex gobernador Francisco Vega de Lamadrid. Lo define como un grupo hegemónico que “culminó con un absolutismo que ahogó al PAN de Baja California”.
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Ruffo nombra este fenómeno con claridad: “A eso le llamo yo el proceso de controlar el control”, y denuncia que ese mecanismo es lo que permitió que el PAN se cerrara a nuevos militantes, se manipulara el padrón y se aseguraran resultados internos a modo.
En su diagnóstico actual, el partido está al borde de la desaparición. “Están a punto de perder el registro, o sea, la membresía se cayó”, dice y apunta que la dirigencia se encuentra en un dilema: “Y no quieren abrir la puerta, pues porque van a perder el control, pero si no la abren, van a perder al partido”.
Punto de quiebre
Esa disyuntiva, considera, es el punto de quiebre que debe obligar al PAN a cambiar. La propuesta de reforma que él y sus compañeros impulsan se presentará en la Asamblea Nacional de noviembre, como una alternativa a los mecanismos que tradicionalmente “acomodan las reglas para mantener el control”.
Para Ruffo, la política debe guiarse por principios, no por cálculos de poder. “Primero somos ciudadanos, luego mexicanos, y luego en ese orden miembros del PAN”, afirma. Por eso insiste en que su deber no es con una sigla, sino con el interés público.
Desde su mirada como forjador de su partido, Ruffo no está luchando por un cargo, sino por la supervivencia de una institución. Y lo dice con claridad: si no lo abren, el PAN no solo perderá el poder… perderá el alma.
