Rechazan megapuerto en El Sauzal por riesgos para la ballena gris
El colectivo Indómita, Aventuras Educativas, se pronunció en contra de la ampliación del megapuerto en la delegación El Sauzal de Rodríguez, debido a los riesgos que podría conllevar para la migración de la ballena gris.
La asociación civil, conocida por promover actividades de educación ambiental al aire libre y cuya principal actividad es el avistamiento de ballenas en la Bahía de Todos Santos, se sumó al movimiento promovido por Ensenada Digna y más de 40 colectivos y agrupaciones participantes.
En su mensaje, señalaron que los promotores de las ampliaciones de los puertos de Ensenada y El Sauzal, así como de la construcción del puerto de Colonet, están obligados a probar que no traerá afectaciones para el ambiente y dicha especie.
«Deberán demostrar que su construcción, la modificación de la línea y dinámica costeras, las actividades portuarias y el aumento del tráfico marítimo, no afectarán la migración de la ballena gris ni pondrán en riesgo de muerte a estos organismos con sus operaciones cotidianas», remarcaron.
Indómita subrayó que «el océano no es una inmensa carretera marítima al servicio del mercado global» sino «la matriz, la fuente de la vida de este planeta Tierra».
Equilibrio ecológico
Por lo anterior puntualizaron que debe tomarse en cuenta más aspectos, no solamente los supuestos beneficios. «Por eso no basta con hablar de ‘sustentabilidad’, de ‘derrama económica’ o empleos, o afirmar que habrá menos emisiones de gases de efecto invernadero. Si lo que se nos pide es que ignoremos la muerte de ballenas, delfines, focas o lobos marinos, entonces eso definitivamente no sería aceptable», enfatizaron.
Como parte de su posicionamiento, recordaron la importancia de las ballenas para la buena salud y el equilibrio ecológico del mar.
«Las ballenas filtradoras o barbadas (misticetos) son importantes para el equilibrio ecológico porque a través de sus actividades cotidianas de alimentación, remueven el fondo lodoso del océano y permiten que sus nutrientes suban a la columna de agua y la enriquezcan para beneficio de otros organismos y animales que se alimentan en esta.
«Además, cuando las ballenas defecan, sus excretas también enriquecen al océano y, cuando mueren, sus cuerpos contribuyen a esa riqueza orgánica. Recientes estudios establecen que la presencia de las ballenas también aporta significativamente a la captura de carbono a lo largo de sus vidas», detallaron.
También que desde hace millones de años la ballena gris (Eschrichtius robustus) lleva a cabo una larga migración desde sus principales zonas de alimentación en el Mar de Bering hasta sus áreas de reproducción en las lagunas costeras de Baja California Sur, en un recorrido de más de 10 mil kilómetros en una dirección para posteriormente retornar.
«A lo largo de ese trayecto, las ballenas tienen qué enfrentar varias adversidades que incluyen la presencia y ataques de depredadores, debilitamiento y agotamiento excesivo, oleaje de tormentas y la falta de alimentos disponibles en abundancia para poder soportar el viaje. Aun así, todo lo anterior corresponde al ciclo natural e inevitable de esta especie y permite la regulación de su población», mencionaron.
Por último, recordaron que México es parte de la Comisión Ballenera Internacional desde su fundación y para cumplir con sus compromisos, los mamíferos marinos están bajo protección legal a través de las Normas Oficiales Mexicanas NOM-131-SEMARNAT 2010 y NOM-059-SEMARNAT-2010.