¿Realmente vale la pena morir por el sueño Bitcoin?
Ciudad de México. Cuando Bitcoin apareció por primera vez hizo algunas promesas que parecían demasiado buenas para ser reales. En un principio se decía que las criptomonedas servirían para impulsar la investigación tecnológica y generar mayor remuneración económica para los inversores, en comparación con otras formas tradicionales de inversión. Con la promesa de descentralizar el mercado, el bitcoin se convertiría en la moneda oficial a nivel mundial.
Todo sonaba muy bonito cuando el sueño comenzó sin embargo, para que funcionara globalmente era necesaria una buena relación entre estado y tecnología. Fue así como la industria decidió agilizar el proceso y creo las minas bitcoin. “Sus operaciones pueden generar costos altos -incluyendo facturas de electricidad más altas y una enorme contaminación de carbono- para todos los que las rodean, la mayoría de los cuales no tienen nada que ver con Bitcoin” de acuerdo con Gabriel J.X. Dance, reportero experto en Bitcoin.
¿Cómo funciona esto exactamente? La infraestructura de las minas es muy aparatosa y ruidosa. Lo aparatoso tiene que ver con la necesidad de mantener, las 24 horas del día, los servidores de criptomonedas activos y frescos. ¿De dónde sale el dinero? Fácil, del ruido. Si hay mucho ruido generado por las máquinas las apagan y el estado les paga a manera de agradecimiento. Cuando las máquinas están prendidas la industria petrolera y eléctrica se enriquecen desmesuradamente. De esta forma todos ganan, excepto los habitantes.
“La gente paga más por su energía cuando la pierde por completo, las mineras ganan dinero revendiéndoles energía a los texanos a tarifas 100 veces superiores a las que pagaron”, comenta Ed Hirs, profesor de economía energética en la Universidad de Houston. En lugares como Texas con climas extremos esto es un problema. Durante la tormenta invernal Uri, del año pasado, la mayoría de los centros eléctricos fueron destruidos, causando la muerte de al menos 40 personas. Mientras las máquinas de Bitcoin no sufrieron ni un rasguño.
Ahora pasemos a los problemas de salud. En Granbury, uno de los pueblos texanos Bitcoin, Indigo Rosenkranz, un niño de 5 años, fue llevado a la sala de urgencias describiendo que “un rayo rojo le atravesaba el tímpano”, mientras la madre de otra niña confesó que su hija estaba perdiendo la audición debido al ruido de las minas.
De acuerdo con el otorrinolaringólogo del lugar, Salim Bahaloo, esto está relacionado con la contaminación auditiva a la que se someten. “Estoy seguro que aumenta sus niveles de cortisol y azúcar, por lo que les da dolor de cabeza, vértigo, y a partir de ahí la situación se agrava. Esto definitivamente está causando un estrés tremendo”. Otros síntomas son problemas cardiovasculares, náuseas debilitantes y vómito. Hasta a los perros el ruido les causa pérdida de pelo. En ambos casos, la exposición al estrés puede acortar significativamente la vida.
¿Realmente vale la pena morir por el sueño Bitcoin?