Transfronteras: fronteras del mundo y procesos culturales
La frontera puede y debe ser leída como símbolo; no por mero capricho académico ni romanticismo tardío, sino porque su presencia en la geopolítica global imbrica toda una serie de significado y significantes, que van variando en su naturaleza según quién la esté mirando, cruzando, según quien la tenga enfrente o a las espaldas. No por nada su nombre resuena con algo que está al frente. La frontera separa, es orilla y es principio, divide mundos, cosmovisiones, formas de entender y hacer mundo. Por eso es importante pensarla en términos simbólicos, para dar alcance a todos los procesos que su presencia cataliza.
Es debido a ello que el volumen coordinado por el doctor Manuel Valenzuela Arce, pondera el prefijo Trans; en la frontera todo transiciona, de la mismidad a la otredad y viceversa. No hay más que pensar, para el caso, en el popular epíteto fronterizo con que se nombra al vecino país, el otro lado. En ese sentido, el texto y los textos que componen Transfronteras asumen la noción de que se trata de espacios en plena metamorfosis, sujetos a unas reglas de dialécticas geopolítica y sociocultural cambiantes, difíciles y a menudo imposibles de definir.
Dadas las circunstancias que imperan en el siglo XXI, se vuelve crucial considerar que estas (de)vienen de los grandes procesos geopolíticos de la centuria previa, que transformaron radicalmente el concepto de lo que es una frontera. La caída del Muro de Berlín, por ejemplo, o el levantamiento de la Unión Europea (que trajo toda una serie de asunciones sobre lo que sería de las identidades locales de aquellos países) pusieron en jaque a los procesos migratorios globales, las posturas identitarias, las relaciones diplomáticas entre naciones. A tales condiciones contemporáneas responden los textos presentes en el volumen.
De tal manera, el texto introductorio organiza las bases teóricas y conceptuales que ejercerán de gozne para el resto de capítulos, las nociones primordiales, periféricas que orbitan alrededor de lo transfronterizo. Posteriormente, en un primer apartado, se desgrana el sentido de la extranjería, los espacios que la diseñan, incitan y significan; a su vez, y en consonancia con el primero, se pone en foco el gran número de movimientos separatistas que amenazan la ya de por sí menguada identidad nacional española.
A lo largo del segundo apartado, Fronteras e identidades transnacionales, se analiza el fenómeno específico, dado de manera global, de la configuración de identidades como productos de choques interculturales, sea desde la resistencia juvenil y performática presente en los maras de la frontera del sur mexicana con Centroamérica o la renovación de las identidades nacionales en la Nueva Unión Europea. Asimismo, se pondrá al estado como acto crucial en estos procesos, como mecanismo que vigila y por veces administra el flujo de estos intercambios en las zonas donde colindan múltiples territorios.
Fronteras y procesos conjuntivos, tercer gran apartado del volumen, focaliza la presencia en estos procesos del fenómeno migratorio, los flujos y las caravanas como grandes agentes de transmisión e intercambio cultural, como circuitos humanos en los que circula una indefinible multiplicidad de identidades culturales. Se toma en cuenta, además, la mirada de género y racial, analizando cómo estas circunstancias atraviesan los cuerpos de quienes migran y pueden definir su experiencia subjetiva de la movilidad.
Hacia el final, a modo de cierre, se ponen sobre la mesa los casos de gran resonancia global, sea por la intensidad de sus disyuntivas en tanto a enfrentamientos militares, sociales o políticos, o por las complejidad de sus circunstancias en el momento de buscar una manera eficaz de interpretarlos a la luz de lo transfronterizo.