Textos y Contextos Ochenteros / Al final del camino… somos lo que recordamos

“El pasado siempre encuentra un modo de abrir la tapa del cofre y asomar su rostro”
Mario Benedetti
¿Por qué Textos y Contextos? En alguna parte escuché ”somos lo que leemos”, agregaría que también somos lo que escuchamos, observamos, experimentamos y degustamos. Nuestras lecturas son las que van conformando esa estructura intelectual que a su debido tiempo impactan en las convicciones, principios y rigen nuestras decisiones, que nos seguirán de por vida. Novelas, ensayos, poesías, del rock pop a la música de protesta, determinaron con quienes nos agrupamos y generamos vínculos y también desencuentros.
Por otra parte, las coincidencias geográficas, temporales, socio-económicas y amores de juventud, van construyendo al ente social que determinan la memoria colectiva y nos lleva de la mano al futuro. El vaivén temporal donde el pasado cada vez gana terreno y el futuro se empequeñece, y en ese incesante intercambio que nos reserva pérdidas, deterioros, éxitos, anhelos, planes y proyectos, es en ese contexto que nos tocó coincidir, al norte de la Ciudad de México en un ambiente hostil, humilde, rebelde, de oportunidades a quien luchara por ellas.
¿Por qué ochenteros? Quizá porque es la época de la adolescencia la que disfrutamos con mayor energía y desfachatez. Esa que va conformando nuestros días por venir.
Transcurridos 35 años del movimiento universitario del CEU y de la huelga de 1987, el desmantelado teatro de la memoria -como diría nuestro gran poeta José Emilio Pacheco- hace de las suyas.
¿Cómo olvidar esa fabulosas “tortas puma” de Don Pablito el de la cafetería de las canchas deportivas de la prepa 3? Una concesión que obtuvimos tras el triunfo de la huelga del Consejo Estudiantil Universitario en el invierno del ´87. La nombramos apoyo alimenticio y consistía en un número determinado de tortas y refrescos a algunos de los integrantes del comité del CEU.
Integrante de la Comisión Organizadora del Congreso Universitario (COCU), egresado de la ENEP Aragón de la carrera de derecho, Víctor Virueña, nació en la Ciudad de México y hace más de una década litigante exitoso en los EEUU. Tiene como quehacer profesional la asesoría y gestión de temas migratorios de los latinos residentes en el país del norte. Su infancia y adolescencia tuvieron lugar en la colonia Industrial (situada al norte de la CDMX), en un hogar en el que junto a sus hermanos mantuvieron una relación respetuosa con sus padres. Por un lado, su padre habituaba la lectura y estudio desde una perspectiva crítica e informada, quizá de ahí el origen de la rebeldía con causa. En tanto, su madre fue muy dedicada a las labores del hogar y promover el respeto y calidez familiar.
Al respecto, el Doctorado por la “Washington University Law”, Víctor Virueña, nos comenta que su padre falleció el pasado febrero a los noventa y cinco años de edad. “Vivió una larga vida, dejó una familia grande y sembró en mí la pasión por la lectura, la reflexión y el debate de ideas. Debido que en mi adolescencia teníamos puntos de vista muy diferentes y llegamos a chocar en muchas ocasiones; pero creo que eso fue positivo ya que la paternidad no es tratar de crear un clon de uno mismo, sino dar las bases para que los hijos desarrollen su propia personalidad e ideas, aunque sin duda los principios éticos y muchas actitudes y frases de mi padre han quedado en mí de por vida.
Por esos años de 1986-87 compartimos lecturas y gustos musicales que pasaban de Pablo Neruda a Eduardo Galeano, pasando por textos marxistas, Paco Taibo I y II, Ibargüengoitia, José Emilio Pacheco. En la música de Silvio Rodríguez a Gabino Palomares, Violeta Parra, Víctor Jara, Mercedes Sosa. Todo como una especie de fraternidad.
En el plano personal el CEU -nos comenta Víctor- marcó mi vida para siempre, yo era un adolescente bastante tímido pero de inmediato me di cuenta que el plan del rector Carpizo golpeaba directamente a las familias que, como la mía, no tenían lo recursos para financiar una carrera universitaria para sus hijos, por lo que era necesario levantar la voz, así que después de asistir a una asamblea informativa en Ciudad Universitaria me decidí a informar a mis compañeros de salón y esa fue la primera vez que hablé en público, al principio me temblaba la voz, pero poco a poco tomé confianza y hablar en asambleas ante cientos de personas era una actividad muy frecuente y en el cierre de campaña del CEU hablé ante más de cien mil personas; sin duda una de la experiencias más importantes de mi vida porque hablar en público te obliga a dominar temas y por lo tanto a leer e investigar, lo que crea un círculo virtuoso de formación personal.
Al abordar el tema social vinculado con el movimiento del CEU, según la memoria de nuestro interlocutor, entre los logros del movimiento estudiantil, ganamos que el derecho a la educación universitaria gratuita prevaleciera, lo que en un país como México es vital porque la educación es una de la pocas vías de movilidad social y es necesario que exista financiación pública para las universidades que de este modo se convierten en catalizadores, miles de estudiantes de bajos recursos nunca hubiéramos logrado una carrera profesional, sin la universidad pública la educación superior sólo estaría disponible para unos pocos; es cierto que hay que mejorar muchas cosas, la calidad académica en las preparatorias y CCHs, la remuneración a los profesores, la modernización de los equipos, etcétera pero con todo y estas carencias, la UNAM sigue siendo una de las mejores universidades del mundo a pesar de los ataques de sucesivos gobiernos, incluyendo el actual, porque ve la diversidad de ideas como un peligro para su proyecto monolítico de nación, pero estoy convencido que la universalidad de ideas prevalecerá más allá de visiones sexenales.
Otro gran logro del movimiento fue el de empujar por la democratización de la vida política; después de seis décadas de “dictadura perfecta” del PRI, Cuauhtémoc Cárdenas logró su momentum con los mítines en Ciudad Universitaria.
Aunque el gobierno no reconoció la victoria cardenista, fue obligado a abrir espacios políticos que conllevaron a la transición en México, por eso veo peligrosa la desaparición del INE y de las estructuras autónomas electorales, porque estamos regresando a la época de un solo partido y de un solo líder todopoderoso que controla todos los aparatos del estado y que le da al ejército poderes inconstitucionales, que van desde construir aeropuertos hasta controlar la seguridad interna; el ejército sólo debe cumplir labores de protección contra ataques extranjeros y de ayuda a la población en caso de desastre.
Encuentro muy difícil de entender como miembros prominentes del CEU, que ahora son parte del gobierno, apoyen a ciegas proyectos autoritarios, estoy convencido de que un mejor futuro para México pasa por la diversidad y la pluralidad, donde existan mayorías, sí, pero que no aplasten a las minorías.
En la actualidad el Dr. Víctor Virueña tiene clara idea que “La vida de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos es muy dura, no solo porque la mayoría pasa un viacrucis para llegar hasta aquí cruzando ilegalmente con los peligros que conlleva, sino porque la nostalgia te parte el alma; por eso nos trajimos a México con nosotros y en cualquier barrio mexicano en Los Ángeles, Chicago o San Antonio te vas a encontrar tiendas con todos los productos que tiene un mercado en nuestro país, tortillas, mole, chiles de todo tipo, carnitas; en las comunidades mexicanas se preservan las tradiciones de nuestras regiones y las canciones y música; Univisión y Telemundo tienen millones de espectadores.
En la cultura y representación política vamos avanzando poco a poco, ya somos la primera minoría en varios estados y los Estados Unidos tienen 62 millones de personas que hablan español, es increíble ese dato ya que son el segundo país con más hispanohablantes, solo después de México y delante de Colombia y España, por eso es muy importante la labor de cineastas, músicos, periodistas para divulgar nuestra cultura ya que la mayoría de los migrantes son los que menos oportunidades tuvieron en México y su educación formal es mínima o inexistente.
Los Estados Unidos necesitan trabajadores en todas las ramas y en todos los niveles educativos, pero nadie en el gobierno de México “se pone las pilas” porque no se promueve el inglés en las escuelas, no hay información sobre permisos de trabajo de NAFTA y creo que, siendo vecinos, la nula visión de ambos gobiernos impide una mejor relación que sin duda beneficiaria a ambos países.
México tiene la red consular más grande del mundo, sin embargo, la mayoría de los cónsules son nombramientos de carácter político, desconocen la problemática de la comunidad, no hablan inglés y por lo tanto no pueden relacionarse con las autoridades locales y empresarios que podrían desarrollar proyectos en nuestro país.
Hay muchas cosas por hacer, seguimos siendo los “vecinos distantes” que describía Alan Riding desde los 80’s, por eso hay que incorporar a las nuevas generaciones a una visión que tenga como futuro el olvidar viejos agravios y trabajar juntos como lo han hecho Alemania y Francia, que han sido enemigos históricos y sin embargo han sido los pilares de la Unión Europea.
De ese verano del 86 a la realidad actual, del dirigente estudiantil en la UNAM en el México de los ochentas, al actual abogado socio director de una firma allende nuestras fronteras, podemos decir que persisten principios bien arraigados, sin perder la perspectiva de procurarse bienestar para sí, para su familia y su comunidad.
Ese semillero de líderes estudiantiles, políticos, sociales que a la postre fue el Consejo Estudiantil Universitario son a quienes toca el turno de regir los destinos de la República, y en este caso, de miles de paisanos más allá de la frontera norte.