Opinión

Reflexiones sobre la Lotería Califerne | Musa Verde / Horacio de la Cueva

Por: Horacio de la Cueva

El jueves 21 de octubre se presentó en el Teatro de la Casa de Cultura de Tijuana la Lotería Califerne. Enigma Creative, el equipo diseñador me invitó a la elaboración de la lotería y, ese día, a su presentación al público tijuanense. Espero que esta lotería pueda llegar a las familias, las escuelas, los eventos culturales y las ferias de Baja California. 

Transcribo, con modificaciones mínimas, el texto que leí en esa ocasión. La Lotería Califerne se incorpora a la cultura de Baja California. Esta lotería es el producto de la combinatoria de nuestra realidad y nuestra imaginación. La Lotería es una serie de tableros y cartas donde la vida bajacaliforniana, en todas sus dimensiones, se plasma en pocas imágenes ricas en contenido y arte. Imágenes creadas con amor y respeto a nuestra Baja California —y también la de otros.

Estos tableros y cartas fueron concebidos y creados para que todos, los bajacalifornianos y los foráneos, los gentiles y los escépticos, entendamos mejor, apreciemos más y conozcamos con mayor profundidad Baja California. Qué hace única a la Baja California y que desconocíamos. Qué sabemos y qué deberíamos saber de su cultura, su geografía y su vida.

Unificar artísticamente los temas de Arquitectura y Espacios Urbanos, Aventura, Flora y Fauna, Gastronomía, Paisaje, Patrimonio Cultural, Pueblos y Culturas Indígenas sin duda fue un reto para el espíritu creativo de Enigma. La solución superó al reto.

Tenemos ante nosotros una lotería que es una celebración creativa, instructiva, bella y, sobre todo, juguetona, de la Baja California. La creación de esta lotería fue un proceso colectivo. Entendí como reto a todos los contribuyentes ayudar a dar a los cartones, a las imágenes y a los jugadores un sabor bajacaliforniano, pero sin caer en estereotipos, lugares comunes o exotismos.

La selección de las imágenes no fue fácil, la discusiones fueron enriquecedoras y las exclusiones conscientes. Aquellos eventos y famas por las que no queremos ser conocidos quedaron fuera. La lista de exclusión es larga, se las dejo a su imaginación y mal gusto.

Para mi contribución me planteé preguntas como estas para resolver qué pudiéramos incluir. ¿Qué animales y plantas representan al estado? ¿Cuáles compartimos o no compartimos con otras geografías? ¿Cuáles tienen que ser mejor comprendidos? ¿Qué paisajes conocemos?¿Cuáles hemos olvidado? ¿Cuáles son remotos? No quedó fuera una pregunta general: ¿Cuál es su futuro y cómo lo logramos?

La Vaquita está en lotería, tanto en el paquete como en el Golfo de California. Tal vez quede como un recuerdo de un animal poco conocido, casi invisible y único al Golfo de California que perdimos por no poder dar a las comunidades pesqueras nuevas y mejores oportunidades económicas, forzándolas al tráfico y mercado negro de la Totoaba, otra especie amenazada.

Además de nuestras especies bandera y representativas, como el borrego cimarrón, la siempreviva o los castaños, tenemos paisajes únicos. Están los bosques de cardones, de los cuales apenas empezamos a entender su ecología. Estos bosques nos plantean el reto de saber si son almacenes (sumideros) de carbono, haciendo al paisaje no sólo bello y único, también defendible contra el desarrollo desaforado.

No podía quedar fuera el paisaje más imponente, yermo, desnudó y difícil de nuestro estado, La Rumorosa. Invocarla me recuerda una caminata con las musitaciones de las rocas y el viento. Ahora, poca veces tenemos tiempo de que su paisaje ponga nuestro ego en su lugar.

Para nuestro entendimiento, varias de las cartas abarcan más que una imagen. No es coincidencia que La Playa muestre la realidad migratoria de nuestra frontera o que haya plantas comestibles como el Saladito, botana de nuestra gastronomía Baja Med.

Esta lotería, síntesis de la esencia de Baja California, hubiera sido imposible sin la idea, convocatoria, disciplina, logística y realización creativa del equipo de Enigma.

Les agradezco sinceramente haberme dado la oportunidad de haber participado en este momento cultural de la Baja California que queremos en este siglo XXI.

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