Musa Verde | Retos de la biodiversidad
La biodiversidad no es una lista de especies del lugar; tampoco es cuantos hay de cada especie presente; tampoco es algo que podamos medir sobre el estado del ambiente, su fragilidad o su resiliencia.
¿Quién se encarga la biodiversidad en México? La a-NOM-059-SEMARNAT que trata sobre las especies amenazadas en México —y que está en revisión— define incompletamente la biodiversidad. Para la-NOM-059 la biodiversidad es la “variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres, marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas”. Esta definición es más limitada que la de su autor, EO Wilson: la variedad de formas de vida en la Tierra de genes a especies a ecosistemas y las funciones valiosas que realizan. La Comisión. Nacional para el Conocimiento y uso de la biodiversidad (CONABIO) —cuya misión es la biodiversidad mexicana— adopta la definición de EO Wilson que incluye la variabilidad genética desde el material genético por si mismo hasta los paisajes y el planeta.
Para comprender, estudiar, defender y proteger la biodiversidad debemos entender que hay biodiversidades locales, regionales y continentales que conforman la biodiversidad planetaria. A la biodiversidad le podemos poner límites geográficos y políticos arbitrarios, como lo hizo la CONABIO. Esa linea política arbitraria, nuestra heterogeneidad paisajística y su biodiversidad nos hace uno de los países megadiversos. ¿Generamos bienestar y calidad de vida a partir de nuestra biodiversidad?
Lo que me asombra de la biodiversidad es que es la consecuencia de la evolución de las especies. Esa evolución dió lugar a interacciones entre especies que han modificado al planeta.
Junto con las especies y los paisajes y ecosistemas en los que viven hay un conjunto de “servicios ecosistémicos”de los cuales dependemos completamente. Punto. Debemos ser conscientes de que esos “servicios” no están aquí sólo para servirnos. Son productos de los procesos e interacciones de la biodiversidad que aprovechamos para vivir. Pudiéramos también considerarlos regalos de la naturaleza, pero tienen un costo. Van transformando la naturaleza y son transformado por ella. Estos servicios, bienes o regalos son productos naturales de los cuales debemos salvaguardar su producción por su bien y el nuestro. Estos productos incluye el oxígeno y alimento que proveen las plantas al resto de los organismos, al agua purificada durante su infiltración en los suelos, las pesquerías, la regulación del clima, los textiles, las medicinas, la descomposición de los organismos muertos y la belleza del paisaje que nos rodea. No podemos vivir sin estos productos naturales, pero la naturaleza si puede seguir su curso sin nosotros.
A la biodiversidad no la podemos medir fácilmente, ni la podemos comparar. La biodiversidad en un punto del planeta no es ni mejor, ni más grande, ni más importante que en otro. La biodiversidad local es producto y causa del lugar donde de encuentra. La diversifad, el número, la extensión y la distribución de especies cambia de un lugar a otro, producto de su historia y lugar. Aunque no podemos comparar biodiversidades, si nos hemos preocupado por conservar lugares que se destacan por tener una gran cantidad de especies. Asociamos esta gran cantidad de especies con sitios húmedos y tropicales, pero el desierto sonorense, los arrecifes tropicales, las ventilas hidrotermales submarinas, y la estepa también son ricas en especies, en diversidad genética y en procesos de vida.
Nuestro reto ante la biodiversidad —de la cual somos parte innegable— es conservarla o, en su caso, restaurarla. Todo organismo, toda especie y todo proceso biológico interactúa y modifica su entorno. Por nuestras capacidades nuestra modificación al entorno es grande, obvia y muchas veces irreversible. La modificación más obvia es el desarrollo urbano y agrícola. La predicción de que en el futuro cercano perderemos un millón de especies, el cambio climático son las consecuencias más obvias.
No es necesario ni útil cambiar radicalmente nuestro estilo de vida y reconvertirnos en sociedades primitivas donde las enfermedades infecciosas nos corten la vida. Pero si debemos crear y seguir patrones de uso y consumo de la naturaleza y los productos humanos que mantengan la biodiversidad. Empobrecer y acabar con la biodiversidad es acabar con nosotros mismos.