Musa Verde | COP 28
Corre, mientras lees estas líneas, la “COP 28”, la vigésima octava conferencia de las partes (COP), sobre cambio climático. Mis esperanzas sobre un resultado positivo y trascendente son mínimas. El lugar, quien encabeza la reunión y la profesión de muchos cabilderos nos dan señales claras de que no podemos esperar que suceda en la reunión lo que debe suceder, cambios significativos expeditos. No por esto debemos quedarnos de brazos cruzados, el cambio debe salir de nuestras acciones.
La sede de la COP 28 será Dubai en los Emiratos Árabes Unidos, una ciudad construida con dinero de petróleo en un país monárquico—léase falta de opciones democráticas e imposiciones arbitrarias sobre los súbditos— importante extractor de petróleo. La cop 28 será presidida por el Sultán Ahmed Al-Jaber, Secretario de Industria y Tecnología Avanzada, presidente de la Compañía Nacional de Petróleo Abu Dhabi y enviado especial de los Emiratos para el cambio climático. Suena confuso y contradictorio, lo es.
Dice el sultán que no está haciendo negocios de petróleo en o con la COP 28. Difícil de creer cuando en la reunión habrá cientos de cabilderos de la industria petrolera mundial que estarán promoviendo todas las bondades, reales e inventadas, del petróleo y el gas natural. Y, ¿por qué no? hablando de los impactos ambientales reales e inventados de la industria de energías renovables—como lo ha hecho Donald Trump.
La COP 28 debería ser sobre la implementación inmediata de energías renovables en todo el mundo, de compensaciones a los países más pobres con una emisión de gases de efecto invernadero mínima, pero que sufren las consecuencias del cambio climático en forma de inundaciones, sequías, incendios, hambrunas o pandemias. Estos son países que no tienen porque pasar por un periodo petrolero largo cuando ya existen otras formas de generar energía. Pueden mantener su huella de carbono al mínimo.
¿Por qué en este plan de compensaciones por efectos del cambio climático no se consideran las regiones subdesarrolladas de las grandes economías? Los habitantes de esas regiones tampoco tienen una huella de carbono significativa. Ejemplos de estos grupos son los nativos americanos en sus reservaciones de nativos, los nativos australiano en sus tierras, etc., todos tienen pocas oportunidades de desarrollo y sufren las consecuencias del cambio climático.
En la cop 28 casi se llegarán a acuerdos sobre la reducción del uso del petróleo y se discutirá sobre la necesidad, o no, de hacer todo lo posible por limitar el calentamiento global a 1.5 C, cuando el aumento este verano fue de 2 C y en el concierto de Taylor Swift en Brasil las temperaturas llegaron a los 60 C. Más pruebas irrefutables las dan los incendios de este último verano y la sequía en España.
¿A qué se enfrenta el mundo durante la COP 28? A un mundo que se calienta casi irremediablemente. A un mundo donde las ganancias de las industrias petroleras son mayores que nunca, debidas en en parte a la escasez de petróleo derivado del conflicto entre Rusia y Ucrania —apoyada esta última por la otan. Las ganancias no han derivado en la inversión en energías sustentables, pero si en la exploración y extracción de más petróleo. Petróleo que debiera quedar en el subsuelo y no ser convertido en co2 en la atmósfera aumentando el efecto invernadero y acelerando el cambio climático. ¿Cuál será el papel de los miles de cabilderos del petróleo entre los 70,000 asistentes a la COP 28?
¿Nos ha anunciado el gobierno mexicano su postura en la COP 28? Aunque la cfe presume que produce el 55 % de la energía sustentable en México, sigue construyendo centrales de generación eléctrica con los dos combustibles más contaminantes, carbón y combustóleo, construye una refinería (pudo comprar Deer Park, Texas y hubiera podido comprar otras) y continúa con la exploración y extracción petrolera sin invertir significativamente en investigación, desarrollo e implementación de energías renovables. No parece que México vaya a tomar un papel relevante en el control de las emisiones de co2. México ha dado muestras de que está más comprometido con una economía caduca que con su futuro sustentable.
A nosotros nos queda la responsabilidad de reducir nuestra huella de carbono, de forzar a nuestros municipios a implementar un sistema de transporte público eficiente, cómodo, seguro y de bajo impacto ambiental, a forzar a la cfe el promover la generación de energía sustentable en casa para destruir su monopolio y a no perder la esperanza de un mundo mejor.