Musa Verde | Basso Continuo
Estos días, mientras camino entre el río Papaloapan y el golfo de México buscando, observando, escuchando y registrando a las aves que allí habitan o que migran al lugar durante el invierno. Lo hago a través de verlas o escucharlas; también estoy prestando atención al ambiente acústico que conlleva su escucha. Escucha que me ha puesto a pensar si en el mundo hay un acompañamiento natural de sonido perceptible en el ambiente acústico.
Además de los sonidos hay muchos otros estímulos a los que prestar atención, por conveniencia en este escrito ignoraremos las vistas, las texturas y los olores naturales para concentrarnos en los sonidos.
Estoy trabajando con un equipo de otros cuatro biólogos —y un oceanólogo—para conocer cuántas especies de animales vertebrados terrestres hay en la zona de estudio. Me estoy concentrando en las aves, usando las herramientas típicas y las novedosas. Además de los binoculares, libros-guías de aves y libretas para anotar avistamientos, condiciones ambientales e incidentes, ahora también contamos con programas que identifica las aves por sus llamados. El teléfono celular “escucha” los cantos e identifica a la especie de ave probable. Para esta identificación el programa Merlin utiliza una base de datos de audio con la cual compara los sonidos registrados. La forma en que identifica a las aves posibles depende de la región en la que se haga el registro. Una vez identificado el sonido, Merlin indica cuál es la especie más probable que haya emitido el sonido. La experiencia y el juicio de quien usa el programa. observa y escucha a las aves y decide si se trata o no de la especie identificada por Merlin. Merlin es una guía no una panacea.
Merlin a la vez que registra los sonidos, también crea un sonograma por cada sesión de “escucha”. Los sonogramas son representaciones gráficas de los sonidos que registra. La parte horizontal de la gráfica representa el tiempo y se va extendiendo a lo largo de la grabación. En la parte vertical se representan las frecuencias e intensidades escuchadas. Las frecuencias bajas están en la parte inferior, conforme aumenta la frecuencia este se registra en las partes más altas de la gráfica. Entre más intenso sea el sonido, más oscuras son las líneas y manchas de registro. Con el sonograma se pueden ver los cambios de intensidad y frecuencia de los sonidos registrados, lo cual también permite la identificación de las aves.
¿Qué oigo mientras me paro a escuchar aves o voy caminando? Empiezo por el sonido de fondo, un basso continuo natural. En la música barroca el basso continuo es un acompañamiento permanente que provee armonía a la obra. El basso continuo está compuesto por notas bajas proveídas por un instrumento o instrumentos, como la viola de gamba, y una progresión de acordes, aportada en esa época por el clavecín y otros instrumentos. No espero encontrar ni la armonía que provee un instrumento de registro bajo ni una progresión de acordes, más bien me encuentro con un acompañamiento natural continuo a mi alrededor. Este proviene de las olas del Golfo de México y sus nortes, el viento ligero y las brisas, la lluvia, los diferentes grillos y otros insectos diurnos y nocturnos y, entre las aves, tres especies de palomas. En algún momento pude agregar un búho cornudo en lo profundo de una cañada. Un basso continuo que hizo más interesante, agradable y viva mi jornada de trabajo.
La música la proveyeron todas las otras aves grandes y pequeñas, canoras o rapaces, comunes o raras con sus llamados y cantos suaves o fuertes; las cuijas o gecos y los tapacaminos se integraban al caer la noche. También los mugidos ocasionales de las vacas y el ruido lejano de la carretera —que desentonan en el contexto más natural.
No hay silencio en la naturaleza. Si hubiera silencio, este sería de una naturaleza muerta. La naturaleza , en todas partes, está llena de vida y sonidos. Siempre hay algo o alguien generando sonido, es inevitable. Todas las acciones hacen vibrar el aire o el agua, transmitiendo sonidos.
John Cage, compositor norteamericano del siglo XX que inventó la música indeterminada, declaró que no había silencio. Incluso en una cámara anecoica —que absorbe todos los sonidos—es posible escuchar al corazón y al sistema nervioso. El silencio no existe en el planeta, aunque sí se da en el vacío.
Los sonidos naturales, la música de la naturaleza, nos ha inspirado a todos en circunstancias diferentes. Debemos conservar esa riqueza para darle sentido y propósito a nuestras vidas.