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Opinión

México, ¿país que trabaja poco?

Por: Rocío N. Arredondo Botello* | Voces de El Colef

El 25 de abril del año pasado, se presentó la última propuesta de reforma constitucional respecto a la reducción de la jornada laboral, la Comisión de Puntos Constitucionales aprobó por mayoría con 25 votos de todos los partidos, el dictamen de reformas para hacer posible la semana de 40 horas y dos días de descanso; al día siguiente concluía el periodo ordinario de sesiones, por lo que ya no hubo tiempo para su votación en el pleno de la Cámara de Diputados y, posteriormente en el Senado.

Meses después, del 16 de octubre al 13 de noviembre se realizaron cinco foros propuestos por la Cámara de Diputados con participación de organizaciones empresariales, obreras, académicos y otros interesados en el tema. En estos foros, los empresarios expresaron su preocupación por las posibles afectaciones al empleo y la productividad que podría traer esta reducción, proponiendo algunas enmiendas como la aplicación selectiva por sectores o de manera escalonada.

En este contexto, cabe preguntarse ¿qué hay de cierto en que se afectaría al empleo, la productividad y a los propios empresarios si la jornada es reducida?

Los empresarios argumentan que no pueden permitir la reducción de la jornada laboral debido a los costos de contratar más empleados para cubrir las horas faltantes, o que no se puede reducir la jornada hasta que se incremente la productividad. Sin embargo, México, a pesar de trabajar muchas horas al año, enfrenta baja productividad. Según datos de la OCDE en 2022, Colombia y México son los países con el mayor promedio anual de horas trabajadas (2405 y 2226, respectivamente) pero son los menos productivos de la OCDE. Por otro lado, en países con menos horas trabajadas como España, Alemania, Suecia, Francia o Bélgica, los índices de productividad son significativamente más altos. Además, se ha señalado a México como el país con la peor calificación en el equilibrio entre trabajo y vida personal.

En cuanto a los impactos diferenciados por sector, es esencial considerar tanto el tamaño de la empresa como el sector en cuestión al implementar la reducción de la jornada laboral. En sectores como la tecnología y las industrias creativas, donde la flexibilidad y la innovación son fundamentales, una semana laboral más corta podría traducirse en un aumento de la productividad y una mayor satisfacción laboral. Sin embargo, en sectores como la manufactura, donde las operaciones dependen de la continuidad y el tiempo de producción, la reducción de horas podría representar un desafío considerable. Este reto sería aún más pronunciado para las PYMES, que podrían verse obligadas a contratar más personal o a reorganizar sus procesos para mantener los niveles de producción, lo que implicaría un aumento en los costos operativos y en la complejidad de la gestión.

A pesar de estas diferencias sectoriales, la importancia de un equilibrio en el tiempo de trabajo es indiscutible. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado que jornadas laborales largas o extenuantes pueden provocar alteraciones del sueño, generar estrés y ocasionar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales, además de aumentar la fatiga y el riesgo de accidentes laborales. Por ello, la OIT considera el tiempo de trabajo equilibrado como una dimensión fundamental del trabajo decente (OIT, 2019).

La búsqueda de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal no es solo una cuestión de cantidad de horas, es necesario considerar también las condiciones laborales en general, incluyendo los salarios, la seguridad en el trabajo y los beneficios que se ofrecen a los empleados.

La inclusión de estas consideraciones en el próximo debate legislativo podría marcar un paso importante hacia una mejora en las condiciones laborales del país. Queda esta asignatura pendiente en la agenda de la LXVI Legislatura que iniciará el 1 de septiembre próximo.

*Investigadora del Departamento de Estudios Económicos

Referencias
Organización Internacional del Trabajo [OIT]. (2019). Guía para establecer una ordenación del tiempo de trabajo equilibrada.

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