Mandato popular contundente: restauración constitucional… acecho de especuladores financieros
Los resultados electorales confirmaron de manera contundente el mandato popular al que habrán de hacer honor quienes lo recibieron: la restauración de la institucionalidad constitucional para restablecer los derechos sociales conculcados por una generación de pandillas en el poder enemigas del interés público y con un apetito sin escrúpulos por el uso de la hacienda pública para beneficio privado de pocos; la proscripción de esas mismas pandillas con el inherente destierro de los cargos en los organismos públicos de justicia y representación política en las cámaras legislativas; la recuperación del patrimonio nacional y de la función tutelar del Estado mexicano del interés público, del interés general.
Los cómputos distritales dan fe del vigoroso triunfo de la alianza alrededor de Claudia Sheinbaum con un enérgico porcentaje superior al 59.7% de la votación emitida, que en números absolutos son más de 35.8 millones de votos, una diferencia de más de 32 puntos porcentuales y 19.4 millones de votos sobre el lejano segundo lugar. Hay que decir que las fuerzas antiobradoristas disminuidas, dentro y fuera de los gobiernos, y el ánimo social por la recuperación de derechos y el destierro de pandillas enquistadas en los órganos públicos, produjeron que Sheinbaum recibiera más de 5 millones de votos que los obtenidos por el propio presidente seis años atrás. Ha quedado a la luz pública la obtención de mayoría calificada en la cámara federal de diputados de la alianza sheinbaumista y, hasta ahora, a escasos 4 escaños en el senado para lograrla, veremos de que madera están hechos los potenciales senadores que la ideología fundacional de su partido está comprometida documentalmente con el interés social e, indeclinablemente, debe acercarlos al mandato popular que con reciedumbre se expresó, el electorado espera que contribuyan a la restauración constitucional y a la defensa de los derechos sociales y del patrimonio nacional sumándose, integrándose, a la alianza de mayoría senatorial.
El irrebatible mandato popular enfrenta en estas primeras horas la acechanza de experimentados y codiciosos especuladores financieros quienes, ya se sabe, no tienen matria, ni referencia moral alguna, intentan amedrentar a quienes con vigorosa legitimidad electoral asumirán los cargos de gobierno y la determinante mayoría de la representación social en las cámaras legislativas. La especulación en la Bolsa de Valores por parte de la codicia acaudalada que se proyecta hacia el mercado cambiario de nuestra moneda es el arma para intentar intimidar al proceso de restauración constitucional que amenaza la institucionalidad que a modo de sus intereses lograron establecer a través de la compra de ambiciosas voluntades de directivos públicos y representantes legislativos y a través de colocar sus propias huestes en los cargos de gobierno, de justicia y de representación política.
Hay muestras de preocupación en encumbrados personajes de esas pandillas que usufructúan cargos públicos, sus publicaciones descobijan su origen y conducta, la ministra presidenta de la Corte se ha aprontado a felicitar a Sheinbaum llamándola “Virtual Presidenta Electa”, una coloquial denominación que se sale de los rigurosos cánones jurídicos que deben ser estrictos tanto en tiempos como en los términos utilizados. Otro ministro que “exige” respeto a la autonomía de los poderes públicos cuando él mismo se significa por la parcialidad convenenciera de sus decisiones que nada tienen que ver con esta autonomía que pretende, falsamente, hacer ver que defiende. El clamor por respeto del presunto órgano autónomo del eventual presidente del INAI, abogado promovido por la coparmex de De Hoyos desde el ITAP de Baja California, son precisamente los consejeros de éstos órganos los primeros en violentar su autonomía al remitir su conducta y decisiones a los intereses de los clubes de empoderados que se repartieron el botín colocando a sus cómplices en esos cargos. Al menos la preocupación por las consecuencias de sus conductas parece honesta…parece.
Punto y aparte: Debería ser atemperada la animosidad de quienes están, o se sienten, o quieren hacer ver, que están cerca de Claudia Sheinbaum, y que tienen alta probabilidad de ocupar cargos públicos de responsabilidad superior. Como es tradicional en estas circunstancias, el estado de ánimo se les exalta a muchas/os, grupos tradicionalmente empoderados de la UNAM destacan siempre en este frenesí político de cambios gubernamentales. Cómo se dice en el barrio: “bájenle dos rayitas”.
