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Opinión

Los asesinos de la luna

Por: Alondra Flores Soto / La Jornada

El periodista David Grann se dedicó por años a indagar los casos olvidados de los asesinatos masivos de indígenas osage en Oklahoma, Estados Unidos, a principios del siglo XX. El resultado fue un extenso libro, en el cual se basó la película Los asesinos de la luna de las flores, dirigida por Martin Scorsese, con las actuaciones de Leonardo DiCaprio, Robert de Niro y Lily Gladstone.

Una de las conspiraciones más siniestras contra la comunidad indígena de Estados Unidos, se anuncia en la contraportada del trabajo magistral de periodismo literario, publicado en 2017.

En la década de 1870 los osage fueron expulsados de sus tierras en Kansas y trasladados a una tierra pedregosa en Oklahoma. Por algún designio insospechado, ese territorio fue uno de los grandes yacimientos petrolíferos de Estados Unidos. A principios del siglo XX la tribu se convirtió en el pueblo más rico per capita del mundo.

Sin embargo, los poseedores de estas tierras que recibían cantidades estratosféricas por los derechos para explotar el oro negro no eran considerados como personas capaces de administrar su propio dinero, así que eran sometidos a tutores, la mayoría blancos, y al control riguroso de lo que podían gastar.

La película está centrada en Mollie Burkhart y los miembros de su familia, quienes van muriendo en circunstancias misteriosas y sin resolver. Entre las flores diminutas que cubren las praderas, galaxias de pétalos que hacen parecer que los dioses tiraron confeti, irrumpe el asesinato de Anna, ocurrido el 24 de mayo de 1921 en el poblado de Gray Horse. El suceso que conmociona a la comunidad desencadena la narrativa de los hechos criminales que indagó David Grann casi un siglo después.

El testimonio sobre el papel es más profundo y detallado que la versión cinematográfica, pues el libro explota las ventajas de abundar en detalles y antecedentes históricos. Además, entre la crónica, se distribuyen numerosas fotografías de los involucrados reales en uno de los episodios más despiadados de la historia de Estados Unidos.

En un reluciente pueblecito donde abundaban mansiones y lujosos autos, empezó a perturbar el miedo entre los habitantes indígenas, pues se presenta una sucesión de asesinatos de un grupo de la población que parecía no importar al sistema y al resto de la población.

David Grann permite conocer sobre un sistema de justicia incapaz de resolver casos delictivos, sin rigurosidad científica y con corrupción constante. Tom White, agente texano designado por el FBI para investigar el caso, es uno de los héroes destacados en la caza de los criminales.

Los orígenes de la agencia de investigación, recién creada y dirigida por Edgar Hoover, entran en el trabajo de investigación periodístico, pues el caso de los osage se convirtió en un acontecimiento resonado que brindó prestigio y legitimidad.

Gran, escritor y periodista neoyorquino de 57 años, se convirtió en un número uno de ventas por su primera novela Z, la ciudad perdida, la cual también fue llevada a la gran pantalla. Ampliamente premiado y reconocido, ha investigado temas diversos, como el calamar gigante y la muerte del principal investigador de Sherlock Homes.

Título: Los asesinos de la luna. Petróleo, dinero, homicidio y la creación del FBI

Autor: David Grann

Traductor: Luis Murillo Fort

Editorial: Random House

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