La ciencia y tecnología en el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030
Después de una serie de foros de consulta que se llevaron a cabo durante el mes de enero de 2025, el pasado 28 de febrero la presidenta Claudia Sheinbaum entregó, a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, la versión definitiva de su propuesta de Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, cumpliendo así con lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley de Planeación mexicana.
Toca, ahora, el turno de los diputados de aprobar dicho plan verificando que incluya los fines del proyecto nacional contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para lo cual cuenta con un plazo máximo de dos meses a partir de la fecha de entrega. En caso de no emitir ningún pronunciamiento durante ese lapso de tiempo, el plan se dará por aprobado. En caso contrario, el ejecutivo federal contará con 30 días naturales para remitirlo nuevamente a revisión.
El PND 2025-2030 se divide en cuatro ejes generales: Gobernanza con justicia y participación ciudadana; Desarrollo con bienestar y humanismo; Economía moral y trabajo; y Desarrollo sustentable. Además de tres ejes transversales: Igualdad sustantiva y derechos de las mujeres; Innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional; y Derechos de las comunidades indígenas y afromexicanas.
El eje transversal 2 sobre “Innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional” es por demás interesante, ya que presenta un diagnóstico a partir del cual se establecen cuatro objetivos con sus respectivas estrategias a seguir e indicadores de monitoreo y seguimiento.
El primer objetivo apunta a “Incrementar la productividad y competitividad del país a través de un proceso de simplificación, digitalización y reducción en tiempos de resolución de trámites en los tres órdenes de gobierno”.
El segundo plantea “Impulsar la transformación digital y la modernización del sector público, garantizando la confianza en el uso de servicios digitales mediante medidas organizativas, técnicas y de gobernanza, que protejan los activos de información en la Administración Pública Federal”.
El tercero proyecta “Unificar capacidades y proporcionar servicios críticos, así como mejorar la conectividad en áreas remotas, a través del Programa Espacial Mexicano, con el fin de garantizar el acceso a servicios esenciales y promover el desarrollo de estas regiones”.
El cuarto y último planea “Impulsar la investigación colaborativa, el desarrollo tecnológico y la innovación en sectores estratégicos, con el objetivo de convertir a México en una potencia científica y tecnológica soberana, orientada hacia un desarrollo con bienestar y prosperidad”.
En otras palabras, las intenciones del gobierno federal en materia de ciencia y tecnología se centran en: la digitalización de trámites y servicios públicos; el cierre de la brecha digital en áreas remotas; y el impulso de la investigación y desarrollo tecnológico de sectores estratégicos. Dichos propósitos son coherentes grosso modo con la realidad del país y el escueto diagnóstico que se presenta.
Sin embargo, al igual que los planes nacionales de sus antecesores, carece de información científica que valide, a través de una relación causa-efecto, las estrategias que se plantean para cada uno de los objetivos antes señalados, especialmente para el cuarto de ellos.
Además, las estrategias planteadas son demasiado generales, dando espacio a que se diseñen e implementen programas que no atiendan problemas sociales concretos, es decir, tomando en cuenta la diversidad económica, política y cultural de las diferentes regiones de nuestro país.
Finalmente, los indicadores planteados para el monitoreo y seguimiento de estos objetivos son meramente incrementales, y no se plantea triangulación alguna con información cualitativa que permita desvelar y/o realimentar vacíos o dimensiones no contemplados en las guías cuantitativas.
* Investigador del Departamento de Estudios Sociales de El Colef
