La brújula de las remesas | Gabriela Rodríguez
De octubre a agosto del año fiscal 2021 casi se ha triplicado el número de eventos de aprehensión de personas mexicanas en la frontera sur de Estados Unidos (indicador del crecimiento del flujo migratorio) al pasar de 213 mil (octubre-agosto de 2019) a 595 mil. Paralelamente, se registran cifras inéditas en el incremento de las remesas a México, que las personas emigrantes hacen a sus familiares que viven acá. En 2020 el aumento fue de 21.7 por ciento respecto del año anterior (https://www.jornada.com.mx/2021/07/30/opinion/016a2pol?partner=rssEs). Se trata de un insumo de gran importancia para el desarrollo económico que se relaciona con cambios en las relaciones familiares y sociales, y que puede generar dependencia económica cuando representa un alto porcentaje del producto interno bruto (PIB).
De acuerdo con las estimaciones de Rafael López Vega y Víctor M. Isidro Luna, investigadores de la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (Conapo), entre 2003 y 2019 las remesas representaron 2.3 por ciento del PIB, en 2020 este valor llegó a 3.8 por ciento, alcanzando 40.6 mil millones de dólares. Respecto al valor agregado bruto estatal, Zacatecas ocupa el primer lugar, Guerrero y Oaxaca se ubicaron en las posiciones segunda y tercera, en estas dos últimas el porcentaje que las remesas promediaron fue de 9.0 y 8.2 en el periodo señalado, mientras en 2020 se estima que su valor fue de 14.4 y 12.9 por ciento, respectivamente.
Un nuevo récord de remesas se rompió este año. De enero a septiembre de 2021 las remesas acumuladas en el país llegaron a sumar 37.3 mil millones de dólares, cantidad superior en 24.6 por ciento frente a la cifra de 2020. Menos de la mitad, 40.9 por ciento de esas remesas se recibieron en regiones que configuran los flujos tradicionales de la migración internacional, 22.8 por ciento van a la región centro, 19.5 llegó a la región sur-sureste del país y 16.8 a la región norte. Desde hace décadas hay entidades que concentran las remesas, en esta ocasión 10.2 por ciento llegó a Jalisco, 9.7 a Michoacán y 8.3 por ciento a Guanajuato, las tres entidades en conjunto recibieron 28 de cada 100 dólares enviados.
Sin embargo, pueden identificarse dos pautas distintas: una entre quienes residen en Estados Unidos y otra en las personas que se identifican como migrantes temporales y asumen a México como su lugar de residencia. Entre 2015 y 2019 se observa que aumentaron los emigrantes residentes en Estados Unidos que envían remesas, al pasar de 25.3 a 39.9 por ciento; pero quienes declararon residir en México presentan un comportamiento intermitente: eran 20 por ciento del flujo migratorio en 2015, 2016 y 2017 tuvieron valores descendentes (22.1 y 21.1 por ciento), para 2018 su porcentaje fue de 28 por ciento y para 2019 se estimaron en sólo 20.1 por ciento (Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México, EMIF Norte).
Existen diferencias por sexo. Casi 82 por ciento (81.9) de los envíos fueron de hombres residentes en Estados Unidos y 18.1 por ciento, de mujeres emigrantes. La edad promedio de ellos es de 48.4 años y de ellas, 44.7 años. Durante 2019 tanto los hombres como las mujeres enviaron un promedio de seis montos al año, ellos cada 60 días y ellas cada 58 días. Quienes más envían son los hombres de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Sinaloa y Chihuahua, así como las mujeres originarias de Chihuahua, Jalisco, Michoacán, estado de México y Sinaloa.
¿En qué se gastan las remesas? La mayor parte del dinero se utiliza para cubrir las necesidades del consumo cotidiano. De acuerdo con las estimaciones más recientes, cuatro de cada cinco dólares enviados se utilizan en alimentación y vestido, en algunos casos 36.4 por ciento se gasta en servicios de salud (Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte, EMIF Norte, 2019). Hay otras cifras derivadas del cuestionario ampliado del Censo de Población y Vivienda 2020. En este ejercicio se preguntó al residente de la vivienda si recibe dinero de alguien que vive en otro país: 5.1 por ciento contestó afirmativamente; en estos hogares 45.7 por ciento tienen jefatura femenina, una mujer cuya edad se ubica en 50 años o más. Son nucleares la mitad (49 por ciento) de los hogares que recibe el mayor número de remesas, una tercera parte (34.5) son ampliados, en 14.9 por ciento de casos se trata de hogares unipersonales.
La migración internacional en México es un proceso complejo y multifactorial que se ha forjado en el largo plazo. La relación estrecha entre flujo migratorio y hogares que reciben remesas internacionales se extiende en el tiempo; 12 por ciento de quienes reciben remesas, vienen de parientes que migraron hace más de cinco años. Se trata de una expresión de solidaridad que es símbolo identitario de lo mexicano. Quien se va carga una brújula cuya aguja imantada no apunta al norte, sino que se orienta siempre hacia las coordenadas del afecto, hacia donde viven la madre, la esposa o el esposo, los hermanos e hijos.
* Secretaria general del Conapo
Twitter: @Gabrielarodr108
El envío de remesas de Estados Unidos a México, proviene principalmente de seis estados encabezados por California. Foto María Luisa Severiano / archivo La Jornada