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Opinión

EU: más presiones al gobierno de México por la migración

Por: Heriberto M. Galindo Quiñones / La Jornada

El periodo de cuatro años del presidente Joe Biden se acerca a su culminación, aunque se avizora que él, si no ocurre algo fuera de lo normal, será el candidato demócrata que buscará la relección, pero también se avizora que el ex presidente Donald Trump se perfila como su oponente republicano más fuerte, también si no ocurre algo que en su caso parecería normal dadas las innumerables acusaciones en su contra.

Recientemente nos hemos enterado del juicio solicitado por congresistas republicanos contra el presidente Joe Biden por suponerlo involucrado en delitos fraguados por su hijo.

Es menester agregar el fallo de la Corte del estado de Colorado en Estados Unidos que emitió una sentencia que en apariencia le anularía la posibilidad al ex presidente Trump para volver a competir, pero habrá que esperar el desenlace jurídico.

¿Y qué pasaría si en este desbarajuste a los dos principales contendientes por la presidencia de Estados Unidos se les llegara a anular la posibilidad de volver a acceder a la Casa Blanca?

Y mientras esto ocurre allá, aquí se recrudece la tensión entre EU y México por la presión que ejerce el flujo migratorio inevitable en caravanas y en paso de tipo hormiga, que según datos este año rebasará 2 millones y medio de nuevos indocumentados que han logrado cruzar la frontera.

Después del diálogo sostenido en San Francisco, California, entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, y más aún a la luz de la conversación telefónica que tuvieron hace unos cuantos días mediante la cual Biden pidió al primer mandatario mexicano un virtual SOS para contener el flujo migratorio procedente del exterior, seguramente con fines electorales, pronto arribarán a la Ciudad de México funcionarios estadunidenses de alto nivel encabezados por el secretario de Estado, Antony Blinken.

¿Qué propondrán? ¿Acaso algo como el mecanismo que Trump impuso con sus amenazas de subir los aranceles a los productos mexicanos, lo cual nos llevó a trasladar a más de 20 mil integrantes de la Guardia Nacional a la frontera con Guatemala, como remedo de un funesto muro humano?

¿Ofrecerán los funcionarios visitantes tomar medidas jurídicas y políticas contra las determinaciones tan deleznables e inhumanas del infame y nefasto gobernador republicano Greg Abbott de Texas?

Porque lo que este individuo está haciendo contra las y los migrantes es verdaderamente horroroso.

Es evidente que las políticas migratorias y los operativos de retención y de represión no son el mejor y más eficaz camino para resolver o para mitigar y regular este asunto tan delicado e importante. Es imperativo y urgente también tomar decisiones de fondo y a largo plazo, con visión de futuro y con sentido humano, económico, social, cultural y político.

Pues tal parece que ambos gobiernos no ven la salida armónica a este tan difícil fenómeno social que se ha vuelto un verdadero problema para ambas naciones, aunque el resultado final debe valorarse en justicia, porque los migrantes se incorporan y se involucran en la economía y en la sociedad estadunidense con su mano de obra barata, con sus aportaciones y su sostén económico al gran país, mediante el consumo y el pago de sus impuestos sin recibir prácticamente beneficio alguno, más que el salario que devengan.

No solamente son centroamericanos y del Caribe los migrantes que están llegando a cruzar la frontera, sino que también son de África y de Asia; y en cuanto a la migración mexicana, también se ha registrado un incremento notable durante los últimos años, no obstante los programas sociales del gobierno actual.

Lo que urge en este tiempo es un trato humano sin represión, dialogado, conversado y acordado con los gobiernos de los países expulsores de migrantes y con las organizaciones sociales que los organizan y apoyan en sus trayectos, para acordar una política migratoria integral coadyuvante entre los países involucrados y sus gobiernos y por supuesto con Estados Unidos, con participación del ámbito empresarial, las iglesias y los medios de comunicación, para poner en marcha un nuevo acuerdo migratorio múltiple y de gran calado para trabajadores temporales y permanentes, con facilidades para otorgar las visas correspondientes que los documenten, y así evitar el tan penoso y riesgoso fenómeno en el que la situación migratoria ha caído, con el drama y la odisea que los lleva a explotaciones, vejaciones, discriminaciones, violaciones, extorsiones y todo tipo de abusos, hasta llegar a la muerte en el cruce fronterizo por el río Bravo, cuando no por asfixia en tráileres y contenedores, o en el famoso ferrocarril, o en las estaciones migratorias, como ocurrió en Ciudad Juárez, o por los horrores de Eagle Pass.

De otra parte, no menos importante es seguir impulsando en las dos cámaras del Congreso estadunidense para que se apruebe la iniciativa de reforma migratoria que al principio de su gobierno propuso el presidente Biden, la que permitiría documentar a muchos millones de migrantes que residen allá desde hace infinidad de años y siguen sufriendo las inclemencias legales por carecer de la documentación indispensable que les permita vivir con tranquilidad.

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