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Opinión

El último lector / La ladrona de libros

Por: Rael Salvador

I
LA NARRADORA

Presentada por ella misma, la Muerte resulta “amable, agradable, afable…”

Se podría decir que hasta admirable.

Y eso que sólo utilizo palabras que inician con la letra “a” y terminan con la letra “e”.

“Sinceramente —nos dice, con cierto eco de bondad—, me esfuerzo por tratar el tema con tranquilidad, pero a casi todo el mundo le cuesta creerme, por más que yo proteste. Por favor confía en mí. De verdad, puedo ser alegre”.

En primera persona, tomando la vida por ella misma, la Muerte destila su lenguaje poético en frases cortas y nos regala una cadencia de observaciones que, en el transcurso de la narración, se nos van revelando como una verdad a tomar en cuenta…

II
EL ARGUMENTO

Principios del siglo pasado:

“Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia.

“En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra.

“Al cabo de un tiempo la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras.
“Con esas palabras escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela interminable”.

Estamos en la Alemania de los años treinta y, a través de las bondades e histerias de los personajes, que no cesan de utilizar el insulto como una belleza cotidiana —¡Dios, qué culpa tienen los cerdos! —, vamos a explorar algo sobre la historia natural de nuestra destrucción.

III
EL PAISAJE

Somos herederos de la pujante irresponsabilidad humana… y para sentirnos menos culpables, nos damos a la tarea de ignorar el tema.

Se entiende: No leer es negar el pasado, abocarnos a un ominoso silencio.

Markus Zusak confiesa que se inspiró en el bombardeo de Munich, que vivieron sus padres, y en la paliza que recibió una adolescente alemana por darle pan a un judío.

Bien, ahora pasemos revista:

En la Segunda Guerra Mundial, cerca de 131 ciudades alemanas fueron tomadas como claros objetivos de las bombas de los “Aliados” y fueron arrasadas, “derretidas” literalmente, en su totalidad.

Murieron asesinados 600 mil civiles, una cifra que duplica el número de las baja que sufrieron los americanos en esa guerra.

Seis millones de alemanes quedaron sin hogar.

La saña de la devastación no resulta inusual, pues viene después de las injustificadas detonaciones de Hiroshima y Nagasaki…

Las heridas poseen a sus víctimas.

A nadie le gusta hablar de esto, sólo a la Muerte.

Ya lo dijo Santayana: “Quien olvida su pasado está condenado a repetirlo”.

La Muerte dice lo mismo.

IV
El ESCRITOR

El joven escritor Markus Zusak nació en 1975, en Sydney, Australia, y es conocido internacionalmente por sus novelas de literatura infantil: “The Underdog” (1999), “When Dogs Cry” (2001), “Fighting Ruben Wolfe” (2001), “I Am The Messenger” (2002), “Getting the Girl” (2003) y “The Book Thief” (2006), traducida al castellano como “La ladrona de libros”.

“Que la Muerte sea la narradora no es casual —comenta Markus, jugueteando con sus lápiz sobre el escritorio de madera—, aunque confieso que, al principio, me ofrecía el rostro de esa figura terrible y sádica que aceptamos, hasta que me cuestioné que tal iría la historia si la Muerte estuviera apesadumbrada… Y esa bella ironía me impulsó a seguir escribiendo”.

La poesía a la que recurre la Muerte, en manos del pulido estilo de Markus Zusak, es también un logro de la vida sobre el exterminio.

V
LA NOVELA

La Muerte recuerda la historia de Leisel Meminger desde que la miró a los ojos por vez primera.

Bien pudo Leisel haber estado soñando los versos de Cesare Pavese: “Vendrá la Muerte y tendrá tus ojos”.

Pero esa trágica noche de nieve, la Muerte sólo recogió el alma de su pequeño hermano, fallecido en el tren que los conducía a un nuevo hogar adoptivo a las afueras de Múnich.

La Segunda Guerra Mundial está a punto de empezar y Leisel es una niña escuálida de nueve años que no sabe leer…

Aún no se había convertido en una “ladrona de libros”, pero pronto descubriría que, bajo la inminente destrucción de las bombas, compartir con sus vecinos la experiencia misteriosa de la lectura era lo único que podía cambiar su triste existencia.

CODA

Precedida de éxito internacional —pues ha figurado en la lista de los libros más vendidos en The New York Times—, “La ladrona de libros” (Lumen, Random House Mondadori, 2007) es una historia sobrecogedora, admirable y apasionante, que trata sobre el inmenso poder de los libros para alimentar el alma humana.

raelart@hotmail.com

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