Compensación a electricistas: acto de justicia
El gobierno federal emitió el decreto que formaliza el programa de compensación vitalicia para dar apoyos a los ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que vieron truncada su jubilación cuando el ex presidente Felipe Calderón desapareció la empresa del Estado en 2009. El propósito de resarcir a los electricistas, concretado este jueves, ya había sido anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina del pasado 10 de febrero.
En su primer año de operación, el plan tendrá un costo de mil 458 millones de pesos, que serán aportados por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep). Este monto se repartirá entre 9 mil ex trabajadores, por lo que, en promedio, recibirán 162 mil pesos anuales o 13 mil 500 mensuales; la cantidad que perciba cada uno se determinará de acuerdo con su antigüedad y lo que se denominaba “salario diario integrado indemnizatorio”. Es pertinente presentar estas cifras para atajar cualquier versión de un pretendido derroche en estas compensaciones por quienes denuncian como “privilegios” los derechos de los trabajadores, pero justifican sin pudor las canonjías de que gozan las élites.
En efecto, el programa de compensación es nada menos que un acto de justicia laboral y de reivindicación de los derechos humanos de miles de obreros que perdieron sus fuentes de trabajo y su acceso a la seguridad social por el golpe arbitrario, autoritario e ilegal propinado por Calderón, no sólo a los 44 mil trabajadores de la extinta compañía pública, sino al patrimonio nacional.
Cabe recordar que el 10 de octubre de 2009 miles de agentes de la Policía Federal, entonces comandada por el hoy preso Genaro García Luna, tomaron por asalto las principales estaciones y subestaciones de Luz y Fuerza del Centro en lo que fue la estocada final del ex mandatario y su secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, contra el Sindicato Mexicano de Electricistas, gremio que luchó por su independencia y se negó a plegarse a los designios del último gobierno emanado del Partido Acción Nacional.
A casi 13 años de aquellos hechos, el país continúa pagando las consecuencias de la aplicación fundamentalista del credo neoliberal, con su animadversión hacia los trabajadores organizados y su empeño por aniquilar todo lo público. Por ello, además de saludar la iniciativa de apoyo a los electricistas, cabe hacer votos por que semejante sinrazón no vuelva a cebarse sobre México.