Comarca Lagunera: concentración de la tierra y el agua / Iván Restrepo
En octubre de 1936, bajo la vigilancia personal del presidente Lázaro Cárdenas del Río, se llevó a cabo el reparto de los latifundios que existían en la Comarca Lagunera. Fue una de las acciones más decididas de su mandato. Con la tierra expropiada se formaron ejidos colectivos, la forma más indicada teniendo en cuenta las condiciones económicas de las unidades de producción existentes antes del reparto. Pese a los errores técnicos, agravados por la sobrepoblación y la falta de agua para riego, numerosos ejidos lograron satisfactorios resultados.
Pero a partir de 1941, las instancias oficiales no los apoyaron debidamente. Incluso le crearon dificultades por razones políticas y se impuso una estrategia de aumento de la producción a cualquier costo, pero no en la distribución de los beneficios que dejaba. Agreguemos la corrupción en el andamiaje burocrático de la banca agropecuaria y que también tocó a líderes agrarios.
La región lagunera se integra con cinco municipios de Coahuila (Torreón, Francisco I. Madero, Matamoros, San Pedro y Viesca; y cuatro de Durango: Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí y Tlahualilo. Su población suma ya 1.8 millones de habitantes, de los cuales 1.2 millones residen en el corredor urbano que conforman Torreón, Gómez Palacio y Lerdo. En seis décadas la población lagunera se triplicó, agravando los problemas de agua. Y es que en la región las lluvias son escasas y aleatorias. Por ello depende de los ríos Nazas y Aguanaval y del líquido del manto freático. La corriente del Nazas la regula la presa Lázaro Cárdenas, y la del Aguanaval, la Francisco Zarco. Esas corrientes aportan abundante aluvión rico en materias vegetales de alta fertilidad en beneficio de unas 150 mil hectáreas.
Por décadas, el algodón fue el principal cultivo de La Laguna (casi 80 por ciento), seguido del trigo. Aunque se siembran, ahora predomina la alfalfa y otros forrajes, además de melón, sandía, tomate, cebada, chile y vid. Dependen del agua de los ríos citados y de la del subsuelo. Gracias a la alfalfa, en unas cuantas décadas La Laguna se convirtió en la principal cuenca lechera del país. Una marca, Lala, su insignia. Y en muy buena parte porque los ejidatarios vendieron sus parcelas (o las rentan) y sus derechos de agua. Así, las leyes del mercado, con el visto bueno del gobierno federal, lograron la concentración de la tierra y el agua para siembras destinadas a la ganadería lechera.
En el colmo, durante su mandato, el presidente Vicente Fox Quesada designó como responsable de administrar el agua en el país al principal protagonista de dicha concentración: Eduardo Tricio, ahora protagonista de un nuevo programa oficial: Agua Saludable para La Laguna. Lo de saludable se justifica, debido a la explotación irracional del manto freático, el agua contiene arsénico, un problema que lleva medio siglo sin ser resuelto. En la lucha por terminar con ese grave problema, lleva años luchando Francisco Valdés Pérezgazga, al lado de Magdalena Briones, descendiente de los fundadores de Torreón. Además, fueron ellos y los grupos ecologistas los que lograron el cierre de la planta de Peñoles en esa ciudad, al demostrar la grave contaminación por plomo que ocasionaba.
Como en 1936, el agua sigue como factor clave de esa importante región. Tanto por su concentración en negocios de gran alcance, su mal uso, su distribución y reúso. La actual administración busca resolverlos imponiendo el citado proyecto. La Jornada ha informado sobre la oposición que tiene de los grupos ecologistas, como el encabezado por Pérezgasga, y la molestia presidencial por dicha oposición.
Para aclarar dudas y escuchar la opinión de quienes cuestionan el contenido de Agua Saludable para La Laguna, el viernes pasado comenzaron en la ciudad de Lerdo, foros de discusión con el fin de “identificar inquietudes”, aclararlas y construir acuerdos sobre su viabilidad. Terminarán el próximo 10 de septiembre.
Quienes participan en dichos foros, y en especial los funcionarios, bien harían en consultar un documento que no ha perdido vigencia. Me refiero al amplio trabajo de investigación que Jesús Ramírez Cuevas, hoy vocero del Presidente, realizó en La Laguna. Sus frutos los publicó el 2 de julio de 2002 nuestro diario. Y con un encabezado que resume el problema: “La ley Lala en La Laguna: la industria lechera acaba con el agua”.