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Opinión

Astillero | Marcelo a Morena: no soy yo, eres tú

Por: Julio Hernández López

El sentido del tiempo (de la oportunidad) es muy importante en política: saber cuándo decir y hacer algo, valorar las circunstancias y decidir el momento en que determinada acción (declarativa o ejecutiva) obtendrá los mejores resultados.

Marcelo Ebrard está dejando pasar momentos valiosos, pues en momentos críticos para su reacomodo político, su relanzamiento –si tal fuera la intención– ha optado por presentar un recurso jurídico ante un órgano de la misma Morena que dice rechazar (paso necesario para después ir al tribunal federal, siempre en clave de pertenencia al morenismo), por mantener ligas formales y expectativas de arreglo en un entorno en el que ha dicho que ya no tiene lugar, por mantenerse un poco más o incluso seguir en un morenismo que asegura se parece más al PRI (en el que el ex canciller desarrolló la fase más formativa de su carrera, durante el salinismo).

En lugar de mostrarse como un político decidido y directo, capaz de retar sin subterfugios al poder del que abjura, Ebrard busca cargar a Morena la responsabilidad de su posible salida. No asume una postura de militante (aquel que aun estando en contra de ciertas decisiones o resultados asume la legalidad interna), sino de antagonista apenas embozado que creará su propio movimiento, desarrollará su propia gira y mantendrá la opción de irse a otro partido. Todo, a cuenta de la resolución que emita la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ).

Hay enamorados que suavizan sus rupturas asumiendo la culpa para eximir a la otra parte, pero Marcelo prefiere jugar el rol de víctima: “No soy yo, eres tú”, en lugar de aspirar a construir un liderazgo fuerte, valiente, tajante. Ricardo Monreal eligió, durante el desierto al que lo condenó Palacio Nacional, adoptar tono y discurso como de cura de pueblo, mientras Ebrard adopta temporalmente una actitud de apariencia sosiega, entre predicador y postulante.

En realidad, Marcelo ni rompe ni se reintegra, ni dinamita ni remoza. Sólo busca ganar tiempo para ver si en Movimiento Ciudadano medio se ponen de acuerdo para poder recibirlo, pues en la élite naranja se mantiene la división seca entre quienes desean acercarse al Frente Amplio-Xóchitl y quienes prefieren ir solos, de preferencia con una carta escindida de Morena.

Pero también busca tiempo a fin de calibrar si cuenta con las condiciones políticas, económicas y sociales para enfrentar la poderosa maquinaria guinda que ha cerrado filas en torno a Sheinbaum. Por ello se ha habilitado recursos de medición, que eso son el “movimiento progresista”, la gira nacional, la impugnación ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia y el discurso impreciso (si todo sigue igual, no hay razón para que él continúe en Morena, ha dicho; pero, si la resolución venidera no queda igual, si la CNHJ reconoce algunas fallas y castiga a algunos morenos expiatorios, pero mantiene la victoria de Claudia, ¿sí podría Ebrard mantenerse en su actual partido?).

En otro tema: el grupo empresarial que pretende instalar una planta de amoniaco en la sinaloense Bahía de Ohuira reanudó ayer labores, como si ya tuviera una resolución judicial federal a su favor o alguna complacencia gubernamental. Ante la provocadora reactivación de esos trabajadores, los pobladores en resistencia, nucleados en el movimiento Aquí No, preparan movilizaciones.

El negocio de dicha planta ha sido solapado por autoridades morenistas de los tres niveles (federal, estatal y el municipio de Ahome), al extremo de haber simulado una consulta a cargo de la Secretaría de Gobernación. Además, ha habido engaño y desatención por parte de funcionarios obradoristas, primero el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y luego la secretaria del medio ambiente, Luisa María Albores, quienes ni siquiera cumplieron firmes promesas de dialogar directamente con los opositores a esa planta. ¡Hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero

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