Astillero | Ken prohíbe cercanía con Rusia
Cada vez más activo, explícito e intrusivo, el comisario Ken Salazar se permitió ayer advertir a diputados que le escuchaban, y en general a México, que haya cercanía con Rusia.
Lo hizo sin gran miramiento, al criticar que un día antes se hubiera instalado en San Lázaro un grupo de amistad México-Rusia en el que participaron legisladores de Morena y del Partido del Trabajo y que el embajador de Moscú hubiera hablado de cercanía entre ambos países.
Irónico es que el embajador de Estados Unidos hiciera tales dictados en cuanto a modelación de conductas amistosas de los mexicanos al participar en la instalación de otro grupo de amistad, este entre nuestro país y el vecino del norte.
El embajador Salazar aprovechó el foro para recordar las objeciones de su país al proyecto de reforma eléctrica que los diputados pretenden poner a votación el mes próximo. Advirtió que deben respetarse los contratos vigentes y que no debe ser ahuyentada la inversión extranjera: “si no hay confianza, no va a haber inversión; necesitamos inversión en el sureste, en muchos diferentes lugares” (“necesitamos…”, mmm).
La destemplada alocución del diplomático del sombrero texano recordó que en la Segunda Guerra Mundial nuestro país se mantuvo alineado con la nación vecina y que, no estarlo ahora, en relación con Ucrania, “nos puede afectar aquí en México”. Así que “cuando alguien ataca a la familia, se une la familia; tenemos que hacer lo mismo”.
El nada grácil dictado de línea del interventor de Washington tuvo respuesta de Ignacio Mier, el poblano que coordina a los diputados de Morena y es virtual jefe político de San Lázaro.
Pero ello no tuvo ni tendrá mayor repercusión práctica: Ken Salazar seguirá recorriendo el país, oficinas de empresarios, políticos y legisladores e incluso de la Presidencia de la República, decidido a garantizar que la reforma eléctrica se acomode a las condiciones estadunidenses y que México se mantenga, sobre todo en tiempos bélicos, bajo el rigor de la geopolítica que nos ata a los intereses del vecino poderoso.
De entre la absurdidad que con frecuencia muestra la política mexicana destaca lo hecho ayer por Sandra Xantall Cuevas Nieves, un personaje que no tendría la relevancia pública actual a no ser por los intereses que la llevaron a la alcaldía de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, y por los escándalos y frivolidades que produce.
Acusada de robo, abuso de autoridad y discriminación (le habían retirado el señalamiento de privación ilegal de la libertad) por tres agentes de la policía de la Ciudad de México, y retirada del puesto público por dos meses, Cuevas Nieves negoció un acuerdo reparatorio que incluyó la aceptación de su responsabilidad, pagos (a los acusadores y por aparatos robados) y el ofrecimiento de una disculpa pública.
Sin embargo, a la hora de hablar ante la prensa, Cuevas Nieves engrosó el expediente de lo absurdo: “No reconozco los hechos”, dijo. Y en referencia a sus acusadores señaló: “Si ellos consideran que les ocasioné un daño, les ofrezco una disculpa; sin reconocer, insisto, que haya hecho algún daño a los compañeros (…) Al día de hoy, no reconozco los hechos; sin embargo, pensando en la ciudadanía, pensando en el bienestar que necesita la alcaldía, llegué a este acuerdo reparatorio”. ¡Gracias, Sandra Xantall, por tan amorosa maroma! Por cierto, ¿el juez y los acusadores aceptarán esas palabras como disculpa válida?
Y, mientras el Presidente de México ofrecía una disculpa a la gobernadora y los vicegobernadores del Banco de México por haber adelantado información del aumento de tasa de interés bancaria pues, mencionó, había recibido tal reporte el miércoles por la noche y creyó la mañana del jueves que ya se había divulgado la noticia (la postura de AMLO, y la reiteración de que respeta la autonomía del BdeM, generó aplausos de los asistentes a la 85 Convención Bancaria), ¡hasta el próximo lunes!
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