Astillero | Claudio X. muestra cobre electoral
El inmediato procesamiento político de la marcha en defensa del INE recondujo los proclamados esplendores ciudadanos dominicales a la realidad bajo control de las cúpulas y sus cálculos pragmáticos.
El Presidente de la República sostuvo matutinamente la narrativa de descalificación de la mencionada marcha y de los intereses de sus principales convocantes, con la recomendación retadora de que perseveren en sus movilizaciones y la próxima tenga como destino la Plaza de la Constitución, el simbólico Zócalo capitalino. No se quedó en la raquítica estimación de asistentes hecha un día atrás por Martí Batres, el virtual gobernante de la Ciudad de México en tanto la titular hace giras de precampaña, y estimó una participación de 50 o 60 mil personas. Pero mantuvo el discurso confrontacional, la tensión frente a los adversarios como mecanismo de excitación del bando propio.
El gerente general del proyecto opositor convocante de la marcha, Claudio X. González, tampoco concedió tregua. En una clara demostración de la sincronía de su plan electoral preguntó qué hacer después de la marcha y ofreció a los caminantes del domingo siete propuestas, entre ellas, la respuesta ya directamente encaminada a las urnas: “participar en la construcción de la Propuesta Ciudadana para integrar al Plan de Gobierno 2024-2030 a través de nuestro WhatsApp en www.unidospormx.com”.
La avidez de Claudio X. enturbia las aguas cívicas dominicales, si es que tal factor distorsionante no estuviera plenamente identificado con toda anticipación: abiertamente, sin siquiera esperar algunos pocos días para que la liga entre marcha y proyecto electoral no fuera tan evidente, el estratega del partidismo empresarial anti-4T ha enseñado el cobre en el que están inscritos los emblemas de Acción Nacional y lo que queda del PRD, más las organizaciones de la “sociedad civil” acompañantes. Que nadie niegue el uso partidista y electoral de la marcha que el gerente González decidió evidenciar con tanta premura.
Alito Moreno también ha lanzado sus redes en busca de ganancias trampeadas. Ya antes les hizo a sus presuntos aliados, PAN y PRD, la jugarreta de aparentar oposición al morenismo en disputas por Guardia Nacional y Sedena, para finalmente “salvar” a la 4T con una iniciativa pagada en lo inmediato con la impunidad del citado presidente nacional del PRI. Ahora ha vuelto a endurecer el discurso, al asegurar que las bancadas de su partido votarán contra la iniciativa de reforma electoral que ha presentado Palacio Nacional. Ya se verá si se sostiene tal “independencia” priísta o es una maniobra más para encarecer las negociaciones finales.
El coordinador de los senadores morenistas también ha aparecido en escena como una especie de presunto buen entendedor de las razones de los marchistas dominicales. No se hará en el Senado nada que lastime la institucionalidad del INE y del Tribunal Electoral, ha dicho el zacatecano, que ya en ocasiones anteriores, la más reciente justamente la de la Guardia Nacional, ha jugado a mostrarse distante de los apresuramientos de sus jefes políticos (el Presidente de la República y, ahora, el secretario de Gobernación), para tejer acuerdos entre partidos que han terminado por cumplir los deseos de la máxima jefatura, sin mostrar las costuras impúdicas, como suele suceder en San Lázaro.
A fin de cuentas, lo que está en disputa es el poder, con marchas o sin ellas. A fin de cuentas, la batalla por el INE puede quedar en la nada, sin reforma alguna, o con reformas menores, a sabiendas de que en abril del año entrante el poder morenista podrá designar cuatro consejeros electorales en sustitución de Córdova y Murayama, entre ellos.
No hay mucho margen, por desgracia, para la ilusión cívica o política: la realidad cupular, la prevalencia de los intereses de grupo, han entrado ya a la fase impía de la inminencia electoral, por más que 2024 a alguien pudiera parecerle distante. ¡Hasta mañana!
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