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Va multitud al funeral de Hebe de Bonafini en Argentina, Madre de la Plaza de Mayo

Por: Stella Calloni / La Jornada

Buenos Aires., 25 de noviembre. Las cenizas de Hebe de Bonafini, quien fue presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, descansan desde este jueves junto a las de la fundadora de esa movilización humanitaria, Azucena Villaflor, en el mismo lugar donde un grupo de mujeres que reclamaban por sus hijos desaparecidos desafió todo, cuando la dictadura militar (1976-1983) estaba en su trágico esplendor de muerte, con un pañuelo-pañal blanco en sus cabezas y sus manos entrelazadas, y se convirtieron en un símbolo ante el mundo.

Centenares de miles de manifestantes, todos con banderas representando a distintos sectores y movimientos políticos, diputados, funcionarios importantes como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicilloff, artistas, cantantes, sindicalistas, los curas de la opción por los pobres que esperaron la llegada de las compañeras de causa de Hebe, quienes habían convocado a la Plaza de Mayo bajo la consigna: «amor con amor se paga«, para acompañarlas en la ronda 2 mil 328, que comenzaron el 30 de abril de 1977.

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La convocatoria los citaba «para abrazarnos y honrar el legado de nuestra eterna compañera Hebe», y se encontraron con una plaza desbordada para rendir el homenaje a quien fue presidenta de la asociación desde 1979 y murió el pasado domingo a los 93 años, generando una serie de mensajes de muchas partes del mundo, así como actos similares en las provincias y en varios países. La multitud aclamó a las féminas y la emoción se expresó en todos los asistentes, quienes, junto a las banderas de su respectiva organización, llevaban la foto de Hebe, quien había pedido que no debían llorarla, «que tenían que cantar y bailar en la plaza porque hice lo que quise y dije lo que quise«, frase que enunció en una reunión en la sede de madres, hace un tiempo.

Otros llevaron la consigna de «Hebe eterna«. También este acto se repitió en varias provincias. Hebe tenía dos hijos, quienes fueron secuestrados y desaparecidos: Jorge Omar y Raúl. Sobrevive su hija Alejandra. También fue desaparecida su nuera, María Elena Bugone Cepeda, esposa de Jorge Omar. Hebe reivindicó la lucha de sus hijos y de los miles de desaparecidos.

Además, acompañó batallas sociales en todos estos años advirtiendo siempre que los derechos humanos debían defenderse como las causas sociales colectivas, extendiendo su militancia a Latinoamérica en su lucha abierta contra el imperialismo.

Clave para la recuperación democrática 

Sus posiciones siempre fueron duras y, para ella, como para todas las madres y familiares de las víctimas, la llegada del gobierno de Néstor Kirchner en 2003, que llevó adelante esta lucha de los derechos humanos con decisiones como la recuperación de la Escuela de Mecánica de la Armada (hoy un sitio dedicado a la memoria de la época trágica, a un museo y como acervo bibliográfico), cuya política fue continuada bajo los dos gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, representó un respiro.
Incluso, fue en ese tiempo cuando suspendieron las marchas de la Resistencia de todos los jueves, y acompañó y defendió las políticas del gobierno, así como la protección de la soberanía nacional. Las rondas regresaron bajo el gobierno de Mauricio Macri.

Hebe fue clave para la recuperación democrática, dijeron los Hijos de Desaparecidos de La Plata, provincia de Buenos Aires, «poniendo el pecho en las calles junto al pueblo en todas las circunstancias en que se intentó agredirla». Carlos Pisoni, uno de los Hijos, sostuvo que «si algo caracterizó a Hebe es que hizo propia la búsqueda de justicia de otras madres. Era una figura disruptiva porque en plena dictadura y después en la democracia hacía lo que muchos no se atrevían», pero también dejó sentada una crítica contra la oposición política que niega esa «desaparición forzada de personas».

Advirtió que, como «funcionarios públicos» que apoyan en estos tiempos los discursos del odio, están atentando contra una política de Estado surgida desde el kirchnerismo que aún es admirada y respetada en el mundo.

Sin más defensa que el dolor

Hubo discursos de los diputados del oficialista Frente de Todos, muy emotivos y profundos, como el del dirigente sindical y legislador Hugo Yasky: «Ella comenzó en la calle y fue la mujer que encabezó ese enorme acto de valentía de enfrentar a una dictadura sin más defensa que el dolor«.

Por supuesto, algunos diputados del opositor Juntos por el Cambio se fueron, pero el «libertario» José Luis Espert atacó duramente a Bonafini con su conocido discurso de odio, y ante la indignación de la mayoría de los parlamentarios expresó: «Murió Néstor (Kirchner), murió Hebe. Se está cerrando uno de los tantos periodos de Argentina marcados por el robo, la mentira y la pobreza», frase que provocó el repudio generalizado, incluso de opositores al gobierno.

En los últimos días de Hebe, y a pesar de su salud quebrantada, fue notoria su conmoción por el intento de asesinato contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y reprochó una justicia inexistente y a los entretelones de las mentiras de los medios de comunicación, que tantas veces denunció. Siguió día a día los manejos de jueces y fiscales, de la Corte Suprema de Justicia, de lo que en algún momento calificó de «dictadura judicial».

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