Transiciones energéticas justas, el gran reto para gobiernos: IEA
Los gobiernos deben garantizar que los sistemas e infraestructura energética sean capaces de enfrentar futuras crisis, como la causada por la guerra en Ucrania, la cual provocó grandes afectaciones a la población, en particular en Europa, según revela un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
El organismo consideró que tanto los gobiernos como los actores involucrados en el sector deben prever acciones que garanticen que los sistemas y la infraestructura energéticos sean lo más capaces de enfrentar posibles crisis
, lo cual también incluye realizar transiciones energéticas ordenadas y justas.
Las extremas sacudidas de precios observadas durante la reciente crisis energética mundial
, explicó, el organismo, obligaron a los gobiernos a actuar conforme se fue desarrollando la crisis, lo cual implicó altos costos.
El incremento en los precios mayoristas del gas provocó el encarecimiento del carbón, lo cual después se trasladó al mercado minorista de energía.
Apuntó que ante los grandes aumentos en las facturas de energía domésticas, muchos consumidores residenciales limitaron el consumo, lo que en algunos casos significó caer en la pobreza energética, incluso se estima que el número de personas en la Unión Europea que no pudo mantener sus hogares adecuadamente calientes se disparó a más de 40 millones o una de cada 10.
El consumo de gas en la industria cayó 20 por ciento en 2022, en particular porque los sectores de uso intensivo redujeron su uso.
“El shock energético también contribuyó a fuertes aumentos en el costo de los alimentos en muchas partes del mundo. Si bien estos aumentos reflejaron en gran medida el efecto dañino de la invasión en el sector agrícola y las exportaciones de Ucrania, también fueron impulsados en parte por el aumento de los costos de la energía para la producción de alimentos que afectó la agricultura, los fertilizantes, el procesamiento de alimentos y el transporte”, señaló la IEA.
El organismo reconoció que acelerar el despliegue de energías limpias en los últimos años ha demostrado cómo los periodos de disrupción y los altos precios de los combustibles fósiles pueden dar un impulso adicional a la transición. No obstante, ésta es una forma muy costosa de cambiar el sistema y corre el riesgo de provocar una reacción social y política
.
Las transiciones exitosas requieren un proceso que sea ordenado e inclusivo
, indica el informe, por lo que es necesario vigilar la incertidumbre en la oferta y demanda para generar políticas que no afecten la seguridad energética o la asequibilidad.
Advirtió que medidas generales como topes de precios y reducciones de impuestos sobre la energía son relativamente fáciles de administrar, pero distorsionan las señales del mercado y los apoyos de emergencia deben tener una duración limitada, pues una vez puesto en práctica, son difíciles de retirar.