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Ser sede de los Juegos Olímpicos, un arma de doble filo a nivel económico

Por: Redacción La Jornada Baja California

Tijuana, 19 de agosto. No cualquier país puede ser sede de los Juegos Olímpicos, el evento deportivo más importante del mundo. Se requiere una capacidad instalada de infraestructura deportiva y turística que permita albergar a los miles de competidores, delegaciones y demás visitantes. Dependiendo de la capacidad de cada país, esto puede convertirse en un arma de doble filo.

De acuerdo con Reina Alicia Castro Camacho, coordinadora de la Maestría en Administración y Negocios (MBA) de CETYS Universidad campus Tijuana, los países anfitriones enfrentan una curva económica antes, durante y después del evento, lo que históricamente ha demostrado que no todos tienen la posibilidad de ser sede de unos Juegos Olímpicos.

“La historia nos ha demostrado que regularmente la inversión es mucho mayor que los beneficios, ganancias o retornos de inversión obtenidos. Por eso, no hay muchas ciudades que deseen postularse para ser sede de los Juegos Olímpicos; el retorno de inversión, históricamente, no resulta como se esperaría”, mencionó.

Señaló que ser sede de los Juegos Olímpicos requiere una capacidad instalada en términos de infraestructura, que va desde instalaciones que permitan albergar todas las competencias hasta la capacidad para hospedar a miles de visitantes, competidores, líderes de delegaciones y turistas. 

Se requieren centros deportivos y estadios complejos donde se alojen y entrenen los atletas de alto rendimiento. Una inversión fuerte, que si el país ya posee, sólo necesita modernizar. Sin embargo, si no la tiene, debe construirla, lo que representa una inversión de capital aún mayor.

En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, Brasil enfrentó pérdidas de 11.1 mil millones de dólares invertidos, costo que abarca desde infraestructura deportiva hasta otras construcciones y mejoras en el transporte público. Aunque hubo ganancias durante los días de competencia, no se cubrió la inversión, llevándolo a una crisis financiera una vez concluido el evento.

Japón, por su parte, en Tokio 2020, enfrentó la pandemia del COVID-19, lo que hizo que su inversión inicial de 7.4 mil millones de dólares aumentara hasta 13 mil millones de dólares debido a las medidas de seguridad sanitaria necesarias. Las ganancias reportadas fueron de 5.8 mil millones de dólares, agravadas por la ausencia de público debido a las restricciones.

Por otro lado, para París 2024, Francia reportó una inversión de 8.8 mil millones de euros en la organización de los Juegos Olímpicos, financiada en su mayor parte por fondos públicos y privados (estos últimos representando el 96 por ciento). Las proyecciones de ganancia estimadas van de 6.7 a 11.1 mil millones de euros.

“La historia ha revelado que, económicamente hablando, estos proyectos no han sido positivos. No se ha logrado el retorno de inversión esperado, se supera el costo presupuestado; el evento es muy bonito, pero se acaba en un mes. ¿Y después de eso?”, resaltó Castro Camacho.

En cuanto a Los Ángeles 2028, destacó que Estados Unidos busca no hacer grandes inversiones y contempla realizar sus Juegos Olímpicos con la infraestructura existente. Esto pone mayor énfasis en la sostenibilidad económica, que será el reto para las próximas sedes y eventos de tal magnitud.

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