Ressa y Muratov denuncian amenazas a la libertad de expresión y desinformación
Copenhague, 9 de diciembre.- La periodista filipina Maria Ressa y su colega ruso Dmitri Muratov criticaron este jueves en Oslo, donde mañana recibirán el Nobel de la Paz, el uso de las redes sociales para difundir mentiras y desinformación y defendieron la necesidad de que el periodismo se adapte a las nuevas tecnologías para que los hechos vuelvan a ganar importancia.
«Las compañías que controlan las redes sociales han restado importancia a los hechos, ese es el corazón del problema. Eso no significa que sean malos tiempos para los periodistas, pero debemos cambiar nuestras antiguas ideas, debemos abrazar la nueva tecnología (…). Tenemos que traer de vuelta los hechos», dijo Ressa en rueda de prensa en el Instituto Nobel.
Muratov, por su parte, habló de la importancia de «usar las nuevas tecnologías para estudiar las tendencias sociales» y combinarlas de modo que el periodismo sea útil a la sociedad.
Ressa, cofundadora y directora del medio digital Rappler, resaltó el choque entre el periodismo como proceso que exige tiempo y la inmediatez de las redes sociales, que usan además algoritmos para amplificar las emociones, pero recordó que los gobiernos pueden hacer que eleven el nivel de exigencia de las noticias que difunden, como ocurrió en las recientes elecciones en Estados Unidos.
«Necesitamos que los estados democráticos actúen para prevenir la manipulación de nuestras emociones y de los datos», afirmó Ressa.
Su colega Muratov, cofundador y director del diario Novaya Gazeta, avisó de que regímenes autoritarios controlan también redes sociales y considera que es necesario «construir nuestra propia Internet».
«Estamos en un momento duro, la gente no confía, no cree en hechos, pero el periodismo ha ayudado siempre a la gente. Ahora la sociedad tiene que ayudar a los periodistas», afirmó el periodista ruso.
Ressa recordó que ha podido viajar a Noruega después de que la Corte de Filipinas lo autorizase hace una semana, ya que está inmersa en varios procesos judiciales por sus investigaciones sobre la guerra contra las drogas emprendida en 2016 por el presidente Rodrigo Duterte.
«Las amenazas, los casos legales están ahí, nos pueden cerrar en cualquier momento. Pero seguimos haciendo lo que tenemos que hacer», afirmó en una rueda de prensa virtual por las restricciones introducidas los últimos días en Noruega por la pandemia de coronavirus, que también afectarán a la ceremonia de mañana en el Ayuntamiento de Oslo.
Muratov y Ressa fueron premiados «por sus esfuerzos para defender la libertad de expresión, condición previa para la democracia y la paz duradera», según el fallo emitido en octubre por el Comité Nobel noruego.
«No es un premio al periodismo en sí, sino que quiere subrayar la importancia de la información veraz en una sociedad. Queremos destacar la importancia de la libertad de expresión y de información, y la profesión que las protege es el periodismo», dijo hoy la presidenta del comité, Berit Reiss-Andersen.