Recuperan cajas negras de avión siniestrado en São Paulo
Brasilia, 9 de agosto. Autoridades aeronáuticas de Brasil informaron, en rueda de prensa en Brasilia, que las cajas negras del vuelo 2283 de la aerolínea Voepass que se desplomó en la ciudad de Vinhedo, en el interior del estado de São Paulo, con un saldo de 61 muertos, fueron recuperadas y serán enviadas a la capital brasileña para su análisis.
Los directores del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa) y de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) señalaron que no hay registro de contacto de emergencia por parte de los pilotos durante el vuelo, lo que aumenta la incertidumbre sobre las causas del siniestro.
El avión, un turbohélice ATR 72, había despegado de Cascavel, en el estado de Paraná con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos, en São Paulo, pero cayó alrededor de las 13:30 (hora local), poco antes de llegar a su destino.
El brigadier Marcelo Moreno, jefe del Cenipa, señaló que es prematuro determinar las causas exactas del accidente, aunque destacó que las cajas negras ya están en manos de los investigadores.
Cuando se le preguntó sobre las versiones preliminares que sugieren que la formación de hielo en las alas podría haber sido un factor decisivo, Moreno se mostró cauto y no confirmó esa posibilidad.
“En caso de que haya esa formación de hielo, la aeronave tiene dispositivos para eliminarlo y está certificada en diferentes países para volar en condiciones meteorológicas severas. Es muy prematuro afirmar cualquier cosa en ese sentido. En este momento no tenemos cómo afirmar si eso fue decisivo para la ocurrencia”, señaló.
Inicialmente, se había informado que había 62 personas a bordo, pero Voepass corrigió la cifra, confirmando que el avión llevaba 57 pasajeros y cuatro tripulantes. La Policía Militar de São Paulo ya había informado que no había sobrevivientes.
Videos compartidos en las redes sociales muestran cómo el avión perdió sustentación y cayó en espiral antes de impactar cerca de un condominio residencial, afortunadamente sin causar víctimas en tierra.
Luis Ricardo, director de la ANAC, afirmó que tanto la aeronave como la tripulación estaban debidamente habilitadas y contaban con las licencias necesarias en vigor.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, interrumpió un acto oficial en el estado de Santa Catarina para pedir un minuto de silencio en honor a las víctimas del accidente y expresó su solidaridad con los familiares y amigos de los fallecidos.
Esta catástrofe aérea es la quinta más trágica en cuanto a número de víctimas de la historia de Brasil.
El accidente es también el mayor ocurrido en el país en términos de número de víctimas desde 2007, cuando un avión chocó contra un edificio en São Paulo mientras intentaba aterrizar, lo que provocó 199 muertes, incluidas 12 personas que murieron después de la colisión.
El año anterior, el 29 de septiembre de 2006, en el estado occidental de Mato Grosso, 154 personas murieron al estrellarse el Boeing de Gol contra un avión estadounidense privado Legacy sobre la selva amazónica en pleno vuelo.
En el norteño estado de Ceará, el 8 de junio de 1982 murieron 137 personas cuando un avión de la extinta aerolínea Vasp se estrelló contra una sierra cuando llegaba al aeropuerto de la ciudad de Fortaleza.
El cuarto vuelo trágico más letal -con 99 fallecidos- fue el del 31 de octubre de 1996, cuando un Fokker 100 de la aerolínea Tam (hoy Latam) se estrelló dos minutos después del despegue en el aeropuerto de Congonhas, arrastrando ocho casas de un barrio cercano a la estación aérea.