¿Quién cuida los intereses de los franceses fuera de Francia?
Tijuana, 13 de marzo. De las 577 curules que conforman la Asamblea Nacional de Francia, 11 están pensadas para representar a los ciudadanos de ese país que se encuentran esparcidos por el mundo. Si el voto le favorece, los 84 mil que viven en América Latina serán representados por Christian Rodríguez.
Rodríguez es un franco-chileno que, tras ser encarcelado y torturado por la dictadura de Augusto Pinochet, se exilió en Francia desde donde pelea por ideales de izquierda como los de la alianza de partidos políticos que hoy lo candidatean y son la principal oposición al gobierno de Emmanuel Macron.
Su historia personal es lo que ahora lo lleva a hacer campaña en Tijuana y otras ciudades principales de América Latina, pues dice que “la lucha en la resistencia chilena hizo que una generación se comprometiera con eso, con luchar contra Pinochet, y de ahí es donde nace mi historia; mi historia es la historia de jóvenes libertarios, que peleamos para terminar con Pinochet y somos los que quedamos vivos, muchos quedaron en el camino”.
De vuelta a Chile y La Francia Insumisa
A diferencia de otros exiliados de las dictaduras militares latinoamericanas del siglo XX, Rodríguez regresó a su país cuando el régimen militar cayó. “Yo volví, trabajé seis años en Chile, vuelvo a reabrir la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, que estaban cerradas en la Universidad de Concepción (…) pero yo había vivido fuera desde los 17 años, vuelvo a los 27 años y me doy cuenta que toda mi adolescencia y toda mi juventud la había pasado en Francia, entonces volví allá porque sentía que era posible luchar allá».
Su vida en la Francia lo llevó a unirse en 1970 a Jean-Luc Mélechon, actual dirigente del partido La Francia Insumisa, uno de los que componen desde el 2022 la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), que buscará aumentar el número de representantes en el Parlamento Francés (formado por la Asamblea Nacional Francesa y el Senado) para que Mélechon pueda ser nombrado primer ministro, compartiendo el Poder Ejecutivo francés con el recién reelecto presidente Macron.
A Rodríguez su actual encargo en el área de relaciones internacionales de La Francia Insumisa y su familia lo mantienen cerca de su tierra natal, pues «mi madre, mi padre, mis hermanos, hermanas viven en Chile, tengo lazos afectivos muy fuertes, muchos de los amigos que quedaron vivos también están, aunque cada vez son menos”.
Los jóvenes y la nueva Constitución
Sobre el momento histórico que vive Chile, Rodríguez resalta la juventud y su ímpetu en el ambiente político, al mismo tiempo que reconoce que “tengo sentimientos encontrados con la clase política, muchas décadas que han pasado y no han sido capaces de romper con ese sistema. Creo que los jóvenes son los que están pidiendo una nueva Constitución, desgraciadamente no pasó en el plebiscito”.
En el 2021 Gabriel Boric capturó la imaginación del pueblo chileno y la de las izquierdas del mundo entero, quienes vieron en la elección del presidente más joven en la historia de su país y el primero en haber nacido después del golpe militar, una oportunidad real de tumbar la Constitución de Pinochet y cambiar el paradigma. Pero el 4 de septiembre de 2022, mediante un plebiscito, el 64 por ciento del pueblo chileno le hizo saber al joven presidente que su propuesta de Constitución no era suficiente.
“Chile es el país más neoliberal del mundo, porque desde ahí se montó el modelito de Milton Friedman, por lo tanto, tiene rasgos absolutamente neoliberales (…) mientras exista esa Constitución donde por ejemplo se declara que el agua es un bien privado y no público, donde la riqueza del cobre está en manos de transnacionales, donde se opera la destrucción del ecosistema de una manera salvaje, con una agricultura completamente tóxica, creo que esos son temas de fondo (…) todas esas cosas hay que terminarlas” asegura el franco chileno.
En la otra casa
En la Quinta República Francesa también hay problemas de fondo y se desenvuelve un momento histórico de manifestaciones masivas contra el gobierno, el nacimiento de movimientos ultraconservadores e incluso fascistas, el rechazo a las políticas públicas del presidente Macron y el cuestionamiento de la propia identidad francesa, como se conoce actualmente.
“Yo creo que es importante señalar el contexto de donde se produce esta revuelta con 3 millones y medio de personas en la calle. Es sin duda uno de los movimientos sociales más importantes de las últimas tres décadas en Francia. Lo digo porque como ustedes hemos pasado por una pandemia, los efectos de la crisis del covid ha dejado un impacto en todas partes del mundo, no solamente la crisis del covid, desgraciadamente y hay que saberlo nosotros, Europa, está en una guerra”, explica Rodríguez.
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Con la pandemia vino la restricción de movilidad, la destrucción de las cadenas de suministro, incluso las de la Unión Europea, otrora considerada como el área de libre comercio más dinámica del planeta. Con la guerra vino la crisis energética que azota al viejo mundo, pues el gas natural ruso y ucraniano que antes era abundante, ahora escasea.
“Esto ha generado enormes repercusiones en toda Europa. Nosotros estamos con una crisis energética, una crisis de alza de los precios alimenticios y estamos con un gobierno de corte neoliberal, aplicando políticas de privatización en sectores claves como la salud, la educación, y hoy día un proyecto nuevo de hacernos trabajar dos años más para la jubilación”, es el panorama que narra Rodríguez en la Quinta República.
Actualmente la jubilación en Francia es a los 62 años, aunque el gobierno de Macron buscará, una vez que pasen las elecciones intermedias, -que ocurrirán del 1 al 15 de abril de manera presencial o en dos semanas de marzo vía electrónica- aumentar la edad a 64, mientras que la NUPES busca regresarla a 60 años, acompañados de millones de trabajadores que han salido a manifestar su descontento.
Representar a los franceses fuera de Francia
“Los diputados y diputadas reunidos en la Asamblea Nacional son hombres y mujeres que su misión fundamental es defender los derechos de pueblo y creo que el buscar el voto de los franceses acá en el extranjero, en América Latina y el Caribe tiene sentido en la medida que llamamos y deseamos que el pueblo francés que vive acá tenga un representante legítimo, que sepa que los va a defender, que sepa que los va a ayudar y estar junto con ello en toda la reivindicaciones que se manifiestan acá”, plantea el antropólogo de profesión.
En los últimos años el poder blando francés y su alcance fuera de sus fronteras se han desvanecido a decir de Rodríguez, dejando a aquellos que viven en América Latina sintiéndose como ciudadanos de segunda; asegura que “muchos necesitan presencia de Francia acá, necesitan que se termine con esta destrucción del cuerpo diplomático, que se termine con esta insensibilidad que hay sobre cómo se vive acá, no puede haber ciudadanos de segunda clase, no puede haber solamente un criterio económico para ser francés”.
La situación económica de sus connacionales dentro y fuera del país preocupa a Rodríguez, “nosotros tenemos (en Francia) 10 millones de pobres; tenemos estudiantes universitarios buscando qué comer, largas filas para poder encontrar comida. Este sistema es implacable, indolente y lo que quieren es hacernos trabajar mucho más (…) te habla de una sociedad consumista, una sociedad de ‘cada uno sálvese como pueda’, y eso es a lo que nosotros nos oponemos, nosotros proponemos una sociedad de compartir, de autoayuda, para todos”.
Y la marcha sigue
Rodríguez no tiene miedo a apuntar los males que aquejan a los 28 mil franceses que viven en México, ni a los otros 56 mil que están dispersos por América Latina y el Caribe, o a los 68 millones de franceses que viven al interior de su territorio.
“Sí, yo creo que no hay que tener miedo en decirlo, la lucha contra el fascismo tiene que ser frontal. La idea de la extrema derecha no tiene lugar o no debiera tener espacio en una sociedad como la nuestra (…) Nuestra posición como NUPES es clara, de lucha frontal contra esa idea, contra la discriminación, contra la exclusión y esto pasa acercando la política a la gente cotidiana, no puede ser que se crea que la política es una cosa de elites”, dice el también profesor visitante de la Universidad de Concepción.
En América Latina, Rodríguez ve una población que reta, de la misma manera frontal, al sistema que se creó experimentando con su país de origen, ese “proyecto neoliberal en su profundidad que ustedes conocen, porque América Latina luchó contra esa política neoliberal, ustedes ganaron y lograron instalar a AMLO (Andrés Manuel López Obrador), ustedes ganaron y lograron instalar gobiernos democráticos, (Gustavo) Petro en Colombia, Brasil con (Luiz Inácio) Lula (da Silva), imagínense, cómo no resistir a esa política neoliberales agresiva cuando tenemos (en Francia) 10 millones en la pobreza”.