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Putin usará todos los medios si el territorio ruso se ve amenazado

Por: Juan Pablo Duch, corresponsal / La Jornada

Moscú, 21 de septiembre.- El presidente Vladimir Putin, en su esperado mensaje a la nación, anunció este miércoles –como era previsible– una movilización parcial que, cuanto antes, pretende incrementar el número de combatientes rusos en territorio ucranio en 300 mil soldados y oficiales.

Putin, en su intervención de poco más de catorce minutos, aseguró que esta movilización es “una medida indispensable e inaplazable para defender la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Rusia, así como para apoyar la intención y la voluntad de nuestros compatriotas (los habitantes rusoparlantes de Ucrania) a decidir por sí mismos su destino”.

El mandatario ruso está convencido de que “la política agresiva de parte de las élites gobernantes en Occidente, que buscan mantener su hegemonía a cualquier precio y para ello tratan de aplastar y bloquear cualquier centro soberano de desarrollo con el fin de imponer su voluntad, se fijaron como meta debilitar, desintegrar y finalmente destruir nuestro país”.

Putin se centró en los motivos para efectuar el llamado a filas, subrayando que es parcial y tiene como finalidad proteger “los territorios liberados que estaban en poder del régimen neonazi” de Ucrania, pero también se refirió a los referendos de adhesión a la Federación Rusa de cuatro regiones ucranias bajo control, casi completo o parcial, que se convocaron el martes anterior, y prometió que “desde luego, vamos a apoyar la voluntad de la mayoría” de sus habitantes.

Para el presidente ruso es claro que “el régimen represivo de Ucrania aplica una política de intimidación, terror y violencia, que adquiere formas cada vez más terribles y bárbaras. Por eso, no tenemos derecho moral a entregar a personas cercanas a un verdugo que quiere destrozarlas, sólo podemos respaldar su deseo de determinar su propio futuro”.

Aunque tienen que pasar al menos diez días –cinco de votación y otros cinco hasta que se den a conocer los resultados– antes de formalizar el ingreso en la Federación Rusa de esa regiones secesionistas ucranias y de poder afirmar que son parte del territorio ruso, el titular del Kremlin lanzó un ultimato tácito a Ucrania, que no piensa desistir de sus intentos de recuperar las regiones ocupadas, en el sentido de que sólo tiene dos opciones: o se rinde, aceptando las condiciones de Rusia, o ésta no dudará en usar su arsenal nuclear cuando lo estime conveniente.

Porque Putin reiteró la advertencia que viene haciendo desde el 24 de febrero, cuando ordenó iniciar la campaña militar contra Ucrania: “Si surge una amenaza a nuestra integridad territorial, para defender Rusia y a nuestro pueblo que nadie dude de que vamos a usar todos los recursos a nuestro alcance. Y no es un farol: los ciudadanos de Rusia pueden estar seguros de que la integridad territorial de nuestra patria, nuestra independencia y libertad están garantizados, vuelvo a subrayarlo, con todos los recursos de que disponemos”.

De acuerdo con el jefe del Ejecutivo ruso, esta movilización es “una respuesta adecuada a las amenazas que enfrenta Rusia”, toda vez que “Washington, Londres y Bruselas empujan cada vez más a Kiev a trasladar los combates a nuestro territorio. Sin rubor dicen que no hay que escatimar recursos para derrotar a Rusia en los campos de batalla para quitarnos luego nuestra soberanía política, económica, cultural y de cualquier otro tipo, con un pleno saqueo de nuestro país”.

La arenga de Putin provocó el efecto contrario en las redes sociales donde algunos belicistas la consideraron tardía y, en el otro extremo, hubo personas que, pese al riesgo inevitable de sufrir represión (desde el 24 de febrero, 16 mil 437 personas han sido detenidas por expresar su inconformidad con la campaña militar en Ucrania, conforme a datos recopilados por el sitio OVD.Info), exhortaron a salir a la calle para protestar contra el llamado a filas obligatorio y exigir el fin de la guerra. Comienzan a llegar noticias sobre unas mil detenciones en Moscú, San Petersburgo, Yekaterimburgo, Samara y otras ciudades del país.

Muchos se preguntaron para qué reclutar a 300 mil reservistas más para un ejército que tiene casi 2 millones de soldados y oficiales si en siete meses de “operación militar especial”, de creer la cifra oficial que dio a conocer este miércoles Serguei Shoigu, titular de la cartera de Defensa, murieron sólo 5 mil 937 militares rusos.

En realidad resulta imposible saber el número exacto de rusos que tendrán que incorporarse al ejército, pues el respectivo decreto contiene un punto secreto, que según el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, se refiere al número de personas a reclutar de forma obligatoria.

Pero en los próximos meses el ejército ruso debe tener poco menos de medio millón más de militares, sumando los 300 mil que, para mitigar el malestar que genera la palabra movilización en la sociedad, mencionó Shoigu en una entrevista de televisión como apenas el 1 por ciento de quienes tienen edad para ser reclutados, y los 137 mil soldados y oficiales adicionales que deben tener las fuerzas armadas rusas a partir del 1 de enero de 2023, conforme al decreto presidencial del pasado 25 de agosto.

En la historia de Rusia es la tercera vez que un jefe de Estado anuncia una movilización, después de la del zar Nikolai II en 1914 al entrar Rusia en la Primera Guerra Mundial y la de Iosif Stalin en junio de 1941 cuando la Alemania hitleriana atacó la Unión Soviética y comenzó la Gran Guerra Patria.

Y antes de que las autoridades publiquen si todos los hombres de entre 18 y 60 años, que son cerca de 30 millones, o sólo los que reciban a partir de este miércoles citatorios de los centros de reclutamiento podrán salir de Rusia o incluso cambiar su lugar de residencia, la emisora Kommersant FM difundió que, hasta el siguiente viernes, se agotaron todos los boletos para viajar a los países que no piden visa a los ciudadanos rusos, incrementándose en ocasiones el precio habitual hasta en diez veces.

A modo de ejemplo, el precio del boleto sencillo a Dubái, según la emisora, tenía un precio del equivalente de 75 mil pesos mexicanos y si alguien se animó a llegar, con escalas, hasta Machu Picchu, la joya de los incas en Perú, el capricho le habrá costado 135 mil pesos sin boleto de vuelta.

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